Jesús Muñoz
Escritor
Siempre
me ha molestado el uso parcial de la historia para justificar situaciones
actuales y la apropiación por parte de algunos colectivos o entidades de la
historia que es común de todos. En las últimas semanas, quizás debido a esa
pequeña explosión regionalista que está viviendo Almería, estoy leyendo en
muchos foros la afirmación en la cual se iguala Andalucía y Al Andalus para
justificar la delimitación territorial de la actual comunidad autónoma. Lo
cierto es que Andalucía y Al Andalus son términos que se refieren a realidades
históricas, culturales y geográficas diferentes. Si bien es cierto que es muy
probable que el nombre “Andalucía” sea la castellanización de la palabra
“Andalus” esto no justificaría la equiparación de ambos conceptos como entidad
administrativa.
La Mezquita de Córdoba |
Al
Andalus es el nombre que se dio a la Península Ibérica (e inicialmente incluso a parte del sur de
Francia) que estaba en poder de los musulmanes. Desde la conquista del ejército
islámico hasta el año 929 el Emirato de Córdoba (dependiente e independiente)
abarcaba todo el territorio península salvo una franja costera y montañosa que
iba desde la actual Galicia hasta Cataluña.
El califato de Córdoba. Tras esto se creó el Califato de
Córdoba que compartía aproximadamente las mismas fronteras aunque por la zona
Noroeste los reinos cristianos expandían sus territorios por tierras del Duero.
Estas fronteras durarían durante unos tres siglos, hasta el año 1031 en que
este reino hispanomusulmán se fragmentó en múltiples reinos conocidos como
taifas aunque el concepto de Al Andalus continuaba siendo el de la Península Ibérica
en poder musulmán y andalusíes eran todos los españoles de religión islámica.
Esta debilidad andalusí propició que los reinos cristianos continuaran sus
conquistas ampliando sus fronteras hasta el Tajo y la invasión por parte de dos
imperios norteafricanos (almorávides y almohades). Lo que acrecentaría aún más
el sentimiento nacionalista andalusí como sentimiento de todos los españoles
musulmanes frente a los españoles cristianos y a los imperios magrebíes
(independientemente de ser hermanos de fe).
En los siglos XI y XII Al Andalus
tendría una frontera que llegaría aproximadamente hasta una linea imaginaria
que iría desde el sur de la península hasta Lisboa (reconquistada en 1147),
Toledo (1085), Zaragoza (1118) y Tarragona (1116). En el siglo XIII, tras la
derrota almohade de las Navas de Tolosa, las tropas castellanas atravesaron
Despeñaperros y los aragoneses harían lo propio por el Levante. En este periodo
la frontera de Al Andalus ocuparía el Algarve Portugués, parte de Extremadura,
la actual Andalucía, Murcia, la actual Comunidad Valenciana y el sur de
Castilla La Mancha.
De hecho en este periodo, tras la reconquista del valle del
Guadalquivir, fue cuando el término de Andalucía empezó a acuñarse para
referirse a los “Tres Reinos de Andalucía” (Sevilla, Jaén y Córdoba). Es decir,
en unos 700 años de historia, Al Andalus y Andalucía fueron realidades
territoriales diferentes que nunca coincidieron en sus fronteras.
Algunas
personas insisten en que a pesar de esas diferencias territoriales e históricas
es en la actual Andalucía donde Al Andalus tuvo mayor importancia y donde
pervive con mayor fuerza su legado. Para ello alegan motivos culturales,
lingüísticos, artísticos o incluso raciales.
Esto es simplemente un intento de Andalucía de apropiarse una historia común
de todos los españoles para justificar sus fronteras modernas.
Almería, entre las principales. Aceptar
esto significaría ningunear la importancia de ciudades como Toledo o Zaragoza
que desde el siglo VII hasta el XII fueron junto con Córdoba y Almería las
principales ciudades de Al Andalus. Desconocer que el último intento de
unificar Al Andalus partió del reino de Ibn Hud con capital en Murcia. Que el
sur de Portugal, Valencia o Murcia se reconquistaron más tarde o a la par que
gran parte del valle del Guadalquivir.
Racialmente
también sería incorrecto puesto que la población andalusí era mayormente de
origen hispanorromano y el componente norteafricano ya se encontraba en la
península desde la Edad
Antigua (recordemos que Cartago estaba en el actual Túnez).
En cualquier caso, la Andalucía
reconquistada en el siglo XIII fue repoblada por pobladores del reino de
Castilla y León principalmente (tras varias revueltas mudéjares en el siglo
XIII la población andalusí se vio aminorada notablemente al ser deportadas al
reino nazarí) y el Reino de Granada sería repoblado en el siglo XVI por
andaluces y castellanos en su parte occidental (Málaga y Granada) y por
murcianos y valencianos en su parte oriental (Almería y norte de Granada).
Quedando Aragón, Valencia y Murcia como las zonas donde la población mudéjar y
morisca tuvo mayor importancia.
Los moriscos, expulsados. En el Reino de Granada, tal y como hemos dicho,
la población morisca fue expulsada tras la guerra de las Alpujarras a finales
del XVI por lo que no quedó nada de aquella cultura, siendo los nuevos repobladores
el germen de la nueva población tal y como he comentado.
Afirmar
que el legado andalusí está únicamente en la actual Andalucía sería olvidarnos
del extensísimo patrimonio de la ciudad de Toledo, del palacio de la Aljafería de Zaragoza,
el Castillo de Gormaz (Soria), la enormes alcazabas de Badajoz o Lorca, los
Baños del Almirante (Valencia) y Palma de Mallorca, las delicadas tallas de la
arqueta de Palencia o la importancia de los talleres de marfil de Cuenca. Y si
ampliamos el estudio al arte mudéjar nos olvidamos de ciudades Patrimonio de la Humanidad como Teruel o
todo el arte mudéjar castellanoleonés en ambas Castillas.
Estaría
por ver por qué otros aspectos del pasado andalusí español justifican la
equiparación de Andalucía y Al Andalus. En la gastronomía el turrón, el
mazapán, los cítricos o el arroz, de origen o introducción islámica ¿no son tan
comunes y propios de zonas fuera de la actual Andalucía? Acaso las huertas
levantinas no preservan más el estilo agrícola andalusí que los grandes latifundios
andaluces. Acaso no son los zaragüelles una de las pocas indumentarias
tradicionales con raíz morisca que perviven en la actualidad y que su uso se
extiende desde Almería hasta Valencia.
Singularidad andalusí, singularidad española. Se podrían enumerar muchos más ejemplos
que demuestran que la singularidad andalusí es una singularidad española y
resulta presuntuoso afirmar que el legado andalusí se da exclusivamente o en su
mayor parte en Andalucía.
¿Entonces
cuando surge esta asimilación? Es a finales del siglo XVIII y principalmente en
el siglo XIX cuando surge un movimiento cultural (especialmente en el norte de
Europa) conocido como el Romanticismo. España tuvo un papel muy destacado al
representar la Europa
exótica. El sueño oriental de muchos de estos románticos que soñaban con
revivir el esplendor de Al Andalus.
A partir de este momento el término de
Andalucía tiende a mezclarse comúnmente con el de Al Andalus y las fronteras de
Andalucía se amplían hacia Levante incorporando dentro de este ambiguo concepto
el Reino de Granada (a fin de cuentas la mitad de su territorio había sido
repoblado por andaluces) y se amplia a los “Cuatro Reinos de Andalucía”.
Javier de Burgos. No
sería hasta 1833 con la creación de las provincias con el decreto de Javier de
Burgos cuando es nombrada por primera vez la Andalucía de las ocho
provincias, aunque continuaría siendo más una entelequia que una organización
territorial real puesto que durante todo el siglo XIX se sucedieron diferentes
organizaciones territoriales que casi siempre dividían en dos el sur de España.
Y culturalmente tampoco sería una unidad puesto que en la zona oriental la
cultura no era de origen andaluz si no levantino.
No sería hasta finales del
siglo XIX con el surgimiento de los nacionalismos cuando se consagra esta
apropiación de la historia de Al Andalus como propia y cuasi exclusiva del
territorio andaluz. Estaban en la necesidad de justificar con algún reino
“glorioso y antiguo” sus movimientos y reclamaciones políticas y puesto que
Andalucía había surgido de la reconquista lo más parecido a un reino andaluz
del que pudieran echar mano fue Al Andalus puesto que Tartessos es más un mito
que una realidad (aunque también fue utilizado por Blas Infante y el resto de
nacionalistas andaluces).
Manipulación de la historia. Estos tenían que justificar sus fronteras y anhelos
territoriales y es por ello por lo que difunden este concepto de igualdad en
los términos adueñándose de un patrimonio histórico de todos los españoles.
Esta mentira ha sido repetida hasta la saciedad y si le añadimos el ansia de
nuestras actuales poderes autonómicos por considerarse más “históricos” que el
vecino para justificar un incremento de privilegios tenemos el caldo de cultivo
idóneo para convertir en verdadera esta afirmación manipulando la historia y la
educación de sus ciudadanos. Ya se sabe que tristemente una mentira mil veces
contada puede acabar convirtiéndose en una verdad.
Los Reyes Catòlicos fueron los que unificaron la unidad española ,España.
ResponderEliminarLlamar "españoles" a los diferentes reinos cristianos y musulmanes de la Península en la Edad media es como llamar "burgalés" al Homo antecessor. Sinsentido.
ResponderEliminarHola Nemohistoria,
EliminarEsos reinos son parte de la historia de España y de su herencia cultural así que entiendo que es perfectamente válido referirse a ellos como "españoles" aunque el término "español" no existiera en esta época con el mismo significado del actual. Si nos volvemos tan puristas ¿cuando fijamos la creación de España? ¿con los Borbones? ¿Negamos el término "español" a toda la época de los Habsburgo? a fin de cuentas tampoco era España puesto que era una unión de estados independientes con un gobernante en común. No se, creo que no hay que rizar tanto el rizo.
Un saludo
Jesús Muñoz
Efectivamente, la Andalucía de las 8 provincias es un invento. Almería, Granada y Jaén son muy distintas de la Andalucía sevillana, la rica, que se dedica a marginar a esta Andalucía Oriental, la pobre.
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