Antonio
García
Vargas
El
poema histórico, el original, que culmina los hechos narrados en la llamada Chronica Adefonsi Imperatoris, bebe de
distintas fuentes métricas y aunque el autor, desconocido, comenzó usando
(escalonando) mayoritariamente el dáctilo en parte de sus versos, no hay
uniformidad suficiente como para considerarlo hexámetro dactílico, ni siquiera
hexámetro a secas, pues raramente alcanza seis metros por verso. Fluctúa
silábicamente entre el alejandrino y el hexámetro, siendo sus versos en general
pentámetros (versos de cinco pies métricos) e incluso tetrámetros (cuatro
metros o ritmos), lo que le aleja de cualquier normativa fija al uso -tanto más
del enunciado métrico del hexámetro-, dejándole en una especie de tierra de
nadie. En conjunto, cabe decir que la obra que se conserva (al Manuscrito le
faltan las ocho últimas páginas) consta, incluido el prefacio, de 385 versos
polimétricos.
Portada del Poema completo |
Hay
en ella muchos versos que se inician en dáctilos. El hecho de que aparezcan
rimas internas en algunos versos del original ha hecho que se piense que está
construido en verso leonino (de rima interna) pero lamento disentir también en
esto. En el conjunto de la obra, la rima (consonante y asonante mezcladas)
apenas llega al 30 % por lo que considerarlos en su totalidad como hexámetros
leoninos me parece inadecuado.
Connotaciones con
el Mester de Juglaría. Creo que en la confección de esta crónica en
verso hubo buena intención y un cierto conocimiento de la métrica al uso, es
decir, la latina, basada en la clásica griega, o lo que es igual, en el sistema
cuantitativo dado que el cualitativo aún no se utilizaba. Diría que hay en el
texto connotaciones aunque algo lejanas con lo que en aquellas fechas se usaba
a la hora de componer o expandir la incipiente poesía épica: el Mester de
Juglaría.
Otra
cuestión importante a resaltar es el valor histórico de esta obra casi
desconocida, pues aunque, según Ramón Menéndez Pidal, el Poema de Mío Cid fue compuesto alrededor del año 1145 (dos años
antes que los hechos que narra el Poema
de Almería), estudios recientes de Antonio Ubieto y otros, fijan como fecha
más acorde con la composición de la obra, la de 1207, es decir, ¡más de
cincuenta años después que el Poema de
Almería!
Algo
parecido ocurre respecto a la fecha de composición del Auto de los Reyes Magos, obra que posiblemente sea posterior
también a nuestro Poema. Todo ello hace pensar que el Poema de Almería, posiblemente, se encuentra entre las primeras
obras mayores (contemplada en la totalidad de la Crónica Adefonsi )
realizadas en Occidente; de ahí su valor histórico. Sin embargo, apenas se
encuentran referencias tanto en la
Historia como en la Literatura , a nivel general, o no ha sido
suficientemente estudiada o divulgada, por lo que se hacía preciso, pienso,
rescatarla de este injustificado olvido.
Del latín al
español. En 2012 acabé por fin la traslación-transcripción del
texto, escrito en latín, a la lengua española, tomando la esencia del original
conocido para mostrarlo en la pureza del hexámetro dactílico y haciendo más
fluida su lectura para que llegue fácilmente a todos.
El
tipo de hexámetro que empleo es el mismo que usó Homero para construir sus Ilíada y Odisea, pero sustituyendo el sistema cuantitativo griego por el
sistema cualitativo español. Es decir: sitúo sílabas agudas para marcar los
ritmos donde ellos usaban voces largas, dada la imposibilidad de nuestra lengua
romance para clonar en su totalidad los metros griegos.
El
resultado viene a ser el mismo aunque, pienso, más ágil y adaptado a las
posibilidades de nuestro sistema métrico y de nuestra lengua romance. Ya sé que
la mayoría de los teóricos han mantenido siempre que era imposible trasladar el
hexámetro griego al castellano pero creo que se convencerán, los que aún lo
piensen, de que no es así.
El
hexámetro es un verso constituido por seis pies métricos y puede tener entre 12
y 17 sílabas por verso, lo cual flexibiliza y facilita su construcción pero
empobrece, a mi juicio, el contenido si se le compara con el dactílico,
anfíbraco o anapéstico puro.
Musicalidad del
Poema. En mi intención de recuperar este valiosísimo documento
histórico sobre la conquista de Almería, magnificándolo, he querido dotar al
poema del más alto grado de musicalidad posible y para ello he usado el
hexámetro en su forma más pura y cadencial -y dificultosa-. Es decir,
trasladándolo a versos dactílicos puros, con cinco dáctilos y el
correspondiente troqueo final por verso, o lo que es igual, con 17 sílabas
métricas todos ellos.
No
uso hemistiquios ni rimas; no las necesita el poema pues se le recargaría
innecesariamente restando fluidez a su lectura. Lo que sí me he permitido es la
licencia -dada la imposibilidad de trasladar el ritmo errático del poema
original a la rígida concepción acentual del hexámetro dactílico puro- de dejar
en anacrusis el ritmo obligado de la primera sílaba de algunos (muy pocos)
versos, para ser lo más fiel posible al texto original.
Asimismo,
he evitado (salvo en contados casos y para evitar distorsiones textuales
respecto al original) usar ritmos impuros en la construcción del poema,
ateniéndome a la norma de usar exclusivamente seis columnas acentuales fijas en
cada verso, para lograr una mayor armonía y una total cadencia musical -así
como la máxima excelencia poética posible en una transcripción como la presente-,
para su posterior declamación escenificada. Podría haber construido el Poema
con pies anfíbracos o anapésticos, pero después de ensayar con todos ellos me
he decantado por el pie dactílico puro, sin mezclas, más propio en este tipo de
composiciones históricas.
Sobre el nuevo
libro Poema completo de la conquista de
Almería. Otra cuestión que consideraba esencial para buscar una
conclusión plausible a este poema inacabado (faltan las ocho últimas páginas en
el manuscrito original) era la de añadir a esta composición los hechos que
desgraciadamente faltan. Estos hechos, la invasión en sí, se produjeron en un
espacio de tiempo muy breve, no así los preparativos que vienen reflejados en
el texto del poema original y que se prolongaron bastante en el tiempo.
Según
mis cálculos y si la información recopilada es correcta dadas las distintas y
escasas versiones, al poema conocido hasta ahora le faltan aproximadamente 150
versos (ocho páginas). En la segunda parte del poema, a la que llamo “Canto
segundo: La conquista”, he incorporado 180 nuevos versos -más de las ocho
páginas que faltan al manuscrito-, que junto a los 385 del manuscrito original,
suma la cantidad de 565 versos. Además, he intercalado diversos versos
complementarios e introductorios y esto hace que el poema alcance un total
aproximado de 600 versos.
El
documento original nos muestra los preparativos de la conquista pero no el
asalto final. Por ello, basándome en los datos recogidos de distintas fuentes
extranjeras, sobre todo genovesas, sobre lo acaecido en el asedio a Almería y
posterior conquista, me he permitido la osadía de completar el poema original
con una segunda parte donde, junto al hecho histórico, encontraremos los
dramáticos momentos vividos -presuntamente, dada la imposibilidad por mi
parte de encontrar datos más precisos- por los pobladores de la asediada
Almería, así como un bosquejo aproximado de lo que era la hermosa y rica ciudad
en aquel momento, antes de su asalto, conquista, expolio y casi total
destrucción.
Desde la mirada del
invadido. Esta segunda parte (que cuento en los casi 200 versos
finales) difiere de la primera en cuanto a que es contemplada desde la mirada
del invadido -aunque a veces parece que es la propia ciudad la que quiere
narrar su tragedia- y para atenuar en lo posible la dureza del terrible asalto,
he optado por “dulcificar” sus contenidos por medio de la palabra poética
dejando los fríos datos históricos y bélicos a la prosa.
Lo
que más acerca a las partes es que ambas las he compuesto -buscando la
excelencia rítmica- en hexámetros dactílicos castellanos puros con la esperanza
de que su lectura sea lo más agradable posible para el lector.
Para
facilitar y apreciar tanto la lectura como las diferencias entre latín y
español, la primera parte del manuscrito conocido como Poema de Almería se presenta en el latín original en las páginas
pares; en las páginas impares, muestra la traslación del mismo a hexámetros
dactílicos castellanos.
Reducida edición.
Hasta ahora y mientras decido la fórmula de difusión cultural más idónea solo
se ha realizado, en 2012, una primera, única y reducidísima edición para
muestreo, del libro Poema completo de la
conquista de Almería, destinada a Organismos internacionales en los que
imparto Talleres sobre Pies Métricos Clásicos adaptados al Sistema Cualitativo.
Expongo
al azar, para terminar, tres de las últimas estrofas del Canto segundo del
libro:
120
Ya tus jardines
añoran el agua, las plantas se secan,
cesa el rumor
cristalino del líquido, mueren las fuentes,
flores enfermas de
sed por doquier, languidecen las aves,
solo se escuchan los
gritos: ¡victoria! ¡victoria! ¡victoria!,
mientras la sangre
circula en los cauces cual agua escarlata.
130
Fueron efímeras notas
de alguna axabeba perdida
en el candor de un
poema o alguna abubilla atrapada;
luces y sombras de un
tiempo que antaño sembró en las veredas
caricaturas grotescas
de alguna cruzada inventada
en las que el signo
divino obturó sus cerebros de paja.
180
Dicen que fueron
momentos extraños de lucha y porfía,
puja tenaz que dibuja
en la historia el dolor de una rima
que se rebela a ser
punto final de un guion que fue escrito
con caracteres
torcidos —mitad de verdad y mentira—,
cuando en el Cabo de
Ágatas puso su mano el destino
y deshojó a manotazos
la hermosa ciudad de Almería.
Buenos días, quería preguntarle ¿cómo se consigue el libro y que precio tiene? ¿estará a la venta en cualquier librería? Ruego me envíe un mail a jemufer1981(arroba)hotmail.com gracias.
ResponderEliminarAgradezco su interés. Ya le he enviado la información al respecto por email.
ResponderEliminarUn saludo.
Buenas de nuevo, no he recibido el correo, ¿podría enviarmelo de nuevo? o si hubiera otra forma de contactar con usted. Un saludo
ResponderEliminarSolo con citar el ISBN (978-84-686-0155-7) cualquier librería se lo proporciona.
ResponderEliminarGracias por su interés. Un saludo.
Interesantísimo el proceso que explicas, Antonio. No obstante, cuando dices que no usas hemistiquios (ni, por tanto, cesuras), me viene una duda que siempre he tenido respecto a las cesuras: ya que éstas no tienens un signo gráfico que la represente, ¿cómo puede saber el lector dónde está la pausa que el poeta pone cuando escribe un verso compuesto?
ResponderEliminarDicen que Virgilio empleaba incluso dos o tres cesuras en el mismo verso, pero entonces ¿cómo puede el lector saber dónde están esas cesuras?
Por lo pronto, en el primer verso de la estrofa 120 que nos muestras, lo natural cuando uno lee es hacer una pausa después de <>, ¿no? Entonces, ¿hay hemistiquio o no?
Por lo demás, enhorabuena por tu contribución al tesoro literario español.
Saludos.
En mi comentario anterior, tal vez como puse comillas españolas, no me han sido aceptadas, y por eso no aparece la palabra "agua", que era la que debía aparecer en la frase "(...) lo natural cuando uno lee es hacer una pausa después de 'agua' (...)".
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