Antonio Fernández
Redactor-Jefe de La Voz de Almería
Elena Víboras, consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, demostró
ayer dos cosas en su visita a Almería: que aprende rápido los pormenores de un
sector que tira de las exportaciones andaluzas y que la polémica que surgió al
no ser nombrado un almeriense para ocupar su cargo no le quita el
sueño. Durante toda la mañana de ayer se dedicó a recorrer el ‘modelo
Almería’ y estuvo en una cooperativa para analizar la comercialización, en el
IFAPA de La Mojonera, para adentrarse en los secretos de la producción y de la
investigación agraria, y en Agrobío, para familiarizarse con una industria
auxiliar y una capacidad de innovación que, según sus propias palabras, la dejó
gratamente impresionada.
En Agrobío |
Si esa fue su impresión, dejó también claro que para su Consejería la
agricultura almeriense es una prioridad por lo que representa en el contexto del
sector agroalimentario andaluz, pero también porque “este es un modelo
productivo con una enorme productividad y con un tremendo potencial para seguir
liderando las producciones y mercados”. En su opinión, el salto cualitativo
que se ha producido en la provincia desde el año 2007 garantiza el futuro de un
sector con gran capacidad de adaptación y de innovación, líneas de trabajo que
recibirán el apoyo por parte de la Junta.
Ese apoyo es visible en cualquier
caso durante estos últimos seis años, un periodo en el que se han invertido 120
millones de euros en la provincia para la mejora de las estructuras productivas
y, en especial, en la extensión de la producción integrada y la lucha biológica.
De esa inversión la Junta y el Gobierno central han aportado a través de ayudas
cerca de 53 millones de euros, casi la mitad. Eso ha posibilitado que, según
Elena Víboras, Almería sea hoy una referencia a nivel nacional e internacional
en sostenibilidad de cultivos, en seguridad alimentaria y en respeto al medio
ambiente.
Se detuvo la consejera en analizar la situación de los mercados, sobre todo
tras las protestas de los agricultores por los bajos precios del inicio de
campaña, y lo hizo para señalar que la agricultura almeriense tiene potencia y
potencial para jugar un papel más activo en el proceso de formación de los
precios de las hortalizas.
Dice Víboras que “la enorme capacidad productiva y
comercializadora de esta provincia le deben permitir ganar poder en los
mercados, y para ello será esencial caminar hacia un proceso de concentración de
la oferta en origen”. No dudó al asegurar que en ese proceso la Junta de
Andalucía pondrá todo lo que sea posible para conseguir el objetivo porque “ser
fuertes permitirá que sean los agricultores lo que impongan los precios en los
mercados, no los mercados los que impongan a los agricultores esos
precios”. En su opinión, el asociacionismo de los productores se muestra como
“una de las vías más efectivas para aumentar su peso en la cadena de
comercialización”.
A la hora de hablar sobre las ayudas de la Política Agraria Común (PAC), la
consejera reiteró su ya conocida postura de seguir exigiendo del Gobierno y de
la Unión Europea que la agricultura andaluza no pierda ni un euro de los 2.000
millones anuales que viene recibiendo “porque esas ayudas representan el
sustento de miles de familias y de mantener sistemas productivos esenciales para
Andalucía. Por esa causa pide al ministro de Agricultura que incluso se
produzca, si ello fuera necesario, una “discriminación positiva” hacia la región
en esta materia.
En su programa de visitas Elena Víboras se acercó a Agrobío, una de las
empresas punteras no sólo en la provincia, sino también a nivel internacional.
Allí conoció el trabajo en la producción de abejorros para la polinización o de
insectos vectores eficaces contra las plagas que han ahorrado miles de toneladas
de agroquímicos al campo. Hoy Agrobío exporta alrededor del 40 por ciento de
su producción tanto a Europa como a varios países del norte de África, Canadá,
Turquía o la lejana Japón. Para la consejera es un ejemplo de las ventajas de la
investigación o la aplicación de tecnologías en la agricultura, un avance que
repercute en la imagen y la calidad del producto.
La visita se completaba con la visita a Murgiverde, una cooperativa
resultante de la fusión de Agromurgi y Ejidoverde en 2005 que se vio reforzada
en 2009 con la incorporación de Geosur y Campovícar, una fusión que contó con
una subvención por parte de la Junta de 200.000 euros.
La consejera afirmaba
que esta es una fórmula adecuada para aumentar el peso de las empresas y grupos
almerienses en las negociaciones con la gran distribución. Y como ejemplo, el
caso de Holanda, donde los productores están organizados en torno a sólo dos
grupos de comercialización, lo que les permite negociar con mayor poder.
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