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Hasta
hace poco el empresario Rafael Carmona
andaba compungido por las calles de la capital. No pudo disfrutar en vida de la
alegría que ahora debía tener. Era el dueño de Aral, la empresa concesionaria de los cementerios de Almería a
través de la UTE Ceal. Bajo la alcaldía de Juan Megino -Santiago Martínez Cabrejas la siguió- obtuvo la concesión. El Ayuntamiento le exigía
todas las obligaciones del contrato sin querer asumir ninguna de las suyas.
Carlos Sánchez (PP) culpa a PSOE-IU |
La
llegada a la alcaldía de Luis Rogelio
Rodríguez-Comendador, con el que simpatizaba, le crearon ciertas ilusiones.
Una sucesión de concejales incompetentes le obligaron a pedir amparo a la
justicia. Ganó en el Contencioso de Almería. Pero querían contentarlo con dos
pesetas y media bajo amenaza de recurrir a Granada. No era justo, no aceptó y,
claro, ha vuelto a ganar.
Rafael Carmona ya no podrá disfrutar de
los 5,5 millones con los que ahora tiene que indemnizarle el Ayuntamiento. La cerrazón
municipal condujo a su empresa a concurso. La justicia es lenta, pero al final
las sentencias llegan. Apenas quedan en la vida pública responsables de aquello,
pero alguno hay. Debería pedir perdón a la familia. Pero nos quedaremos con la gana.
Mientras,
Rafael Esteban, de IU, acusa a los
de ahora: “Nadie del PP asume su responsabilidad”. Carlos Sánchez, del PP, acusa a los de antes: “Condenan al
Ayuntamiento por un incumplimiento del PSOE-IU y hoy pagamos los errores de los
malos gestores de antaño”. Y Joaquín
Jiménez, del PSOE, echa balones fuera: “Actuaron sin contemplaciones y la
justicia nos lo hace pagar a todos”. Qué pena.
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