Antonio
Felipe Rubio
Periodista
Las
explicaciones del subdelegado del Gobierno, García Lorca, no han satisfecho a
la mayoría de opiniones publicadas tras el desenlace de la detención del Cascapolos en Gérgal. Algunos
comentarios inciden en el concurso de la casualidad, descoordinación,
ineficacia… y alguna apelación al cachondeo.
Si
García Lorca apela al refranero para resumir la operación en un bien está lo que bien acaba, también he
de señalar que otra sentencia popular afirma que puedes hacer cien cestos, y no hagas el ciento uno, y es como si no
hubieras hecho ninguno. Y eso no es justo.
La
eficacia, a veces, se confunde con la infalibilidad. No olvidemos que en estos
casos la obligación de la Guardia Civil es detener al criminal y la del
fugitivo escapar; y, en el desenlace, se producen variables que exceden del
manual protocolizado. Recuérdese, en otros tiempos y procedimientos más
expeditivos, la historia de El Lute. Influidos
de tanta filmografía épica americana; no obstante, preferimos el modelo Torrente, quizá más afín a los
acaecimientos derivados de tanta corrupción, pellejería y pillaje que adorna
nuestro paisaje actual. Pero no olvidemos que las películas del género,
especialmente las más épicas, son el resultado de la frustración de la
realidad. Hay que recordar inusitados despliegues de fuerza y recursos:
satélites, agencias de inteligencia, cuerpos de élite, redes de espionaje,
recompensas multimillonarias… y costó mucho tiempo, esfuerzo, dinero y la
casualidad para dar con Ben Laden.
En la
detención del Cascapolos no se han
escatimado esfuerzos y el operativo se ha desarrollado sin traumas ni fuerza
desmesurada o desproporción. Además, se ha contado con la espontánea y oportuna
colaboración ciudadana que, por otro lado, los medios de comunicación solemos
mostrarnos incondicionales colaboradores contra el crimen; luego, no entiendo
la befa sobre el determinante efecto de un vecino que va a depositar la basura
y se topa con el delincuente. Bien es cierto que éste podría haber sido
amenazado o eliminado por el fugitivo u optar por no informar a la Guardia
Civil. En cualquier caso, hubo colaboración ciudadana, medios adecuados y feliz
desenlace.
Si el
delincuente es sagaz y escurridizo, malo. Si la fuerza es desmesurada y contundente,
peor.
Me
pregunto dónde residen los fallos para tan agria polémica. Gérgal, escenario
del tristemente recordado Caso Almería,
conoció el decurso de un suceso en el que coincidieron excesos, imprudencia,
impericia y avidez resolutiva que condujeron a irreversibles consecuencias que
la Guardia Civil supo y quiso depurar, y jamás repetir.
En
España, a diferencia de otros países democráticos, contamos con el Cuerpo más
multidisciplinar y presto a cualquier eventualidad y escenarios; especialmente distinguido
en acciones de protección, ayuda y rescate.
Algunos
conocen a la Guardia Civil por un traicionero radar, un control de alcoholemia
o la multa del móvil. Otros, los más, les deben algo más que la seguridad y
confianza en su profesionalidad y abnegación. Y es injusto especular y extraer
conclusiones desde apresuradas conjeturas.
En todo
caso, felicidades. Y feliz Día de la Patrona, la Virgen del Pilar.
Es injusto generalizar las críticas a todo el cuerpo de la Guardia Civil, pero también es justo decir que en este caso particular ha sido un desastre la actuación de la Guardia Civil. Quizás porque los allí presentes estaban más acostumbrados a parar y multar e incluso abusar de la autoridad de los paisanos y gente de bien que lidiar con delincuentes armados. Como en todos sitios se cuecen habas y también en la Guardia Civil, un cuerpo donde residen buenos profesionales con vocación y capacitación (los menos) y otros, que no son más que fracasados y desertores del arado (los muchos). Me pregunto si algún profesional (médico, arquitecto, ingeniero....) tuviera algún error tan catastrófico como éste.....seguro caería sobre él la justicia y destrozaría su carrera. Menos Felicitaciones y más exigir responsabilidades a éstos servidores de la ley que todos pagamos para que nos protejan de la delincuencia y el que no sirva....pues el arado espera.
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