Manolo Escobar y Almería

Javier Orrico
Catedrático de Lengua y Literatura

Cuando fuimos progres estaba prohibido que nos gustara Manolo Escobar (y Lola Flores, la grande). No te podían gustar King Crimson o Pink Floyd a la vez que el gran Manolo, cuyas películas llenaban durante días el Gran Teatro Cinema de Caravaca hasta tener que traer sillas suplementarias. Y todavía era más imposible que pudieras escuchar a Raimon, Paco Ibáñez, Llach, la Bonet o Luis Pastor, junto al Manolo que más tarde remataría la faena con su incomparable “Y viva España”.

El arte popular del verdadero pueblo español, el que gustaba a los ‘oprimidos’, era considerado por nuestra progresía, o sea, por casi todos los que salíamos a correr delante de los caballos de los ‘grises’ cada vez que se nos convocaba (y también por todos los que se quedaban escondidos y medraron luego con heroísmo inventado), un "producto alienante utilizado por el franquismo para adormecer a las masas"

Lo que pasaba es que las masas con los que se adormecían era con los otros, que además luego se supo que eran casi todos separatistas, los jodíos. Eso no quita para que yo siga adorando a la María del Mar Bonet de “Mercè”; al Llach del “Viatge a Ítaca”; al Luis Pastor de aquella canción que adaptaba el “Piedra de sol” de Octavio Paz, y que comenzaba “Voy por tu cuerpo…”; o las “Palabras para Julia”, de José Agustín Goytisolo, el bueno, que musicó Paco Ibáñez. Algunos confirmarían luego que eran un coñazo y que todo su arte era un producto del resentimiento. Un alimento para ilustradillos neomarxistas que es lo que éramos.

El arte de Manolo, sin embargo, siempre se nutrió de la alegría, de las ganas de llegar al corazón de la gente sencilla, de cantar las creencias populares y los sentimientos eternos. Yo lo había visto muchas veces en el cine y el teatro, pues a Caravaca fue a cantar en diversas ocasiones con su impagable acompañamiento de hermanos.

Pero me convertí definitivamente al escobarismo durante el tiempo que pasé en Almería, en los Años del Señor de 1985 y 1986. Alquilé un piso en el Zapillo, en primera línea de playa, con esa bahía maravillosa que me dio algunos de los momentos más luminosos y felices de mi vida. Y fui el rey de las ‘barras’ del Zapillo y de los entonces no demasiados ‘pubes’ de una ciudad que aún no había comenzado a ser la pequeña gran urbe que es hoy.

Entonces aún los almerienses de cepa vivían durante el invierno en la ciudad y en el verano se iban a la playa, que estaba a ¡dos kilómetros! Las cosas de aquellos tiempos. Servidor, claro, se fue directamente a aquel barrio popular y divertido que, al menos entonces, era el Zapillo, la playa, la libertad. Y allí pude gozar de los amaneceres más hermosos de esta perra vida, y de aquel “inmenso coral es tu hermosa bahía” que la canción de Escobar grabó en mí como una huella de sangre. Nunca he dejado después de cantarla, y aún recuerdo con inmenso afecto a los amigos y amigas que allí dejé y esa bahía que me acarició tantas noches.

Se nos acaba de morir el gran Manolo Escobar. Hoy cantaremos más que nunca aquellas coplas populares que nos dejó como un patrimonio dulce y caliente: “Mi carro”, “Madrecita María del Carmen”, “Los limoneros”, la genial “La minifarda” y, sobre todas, “Viva Almería”, esa joya ignorada donde amé para siempre.

2 comentarios:

  1. Manolo Escobar descanse en paz,tantos ratos nos ha hecho pasar con sus mùsica y siempre lo recordaremos , lo que de le podìa hacer un homenaje a su memoria gracias ,tengo entendido que el año pasado en un pueblecito de Almeria le dieron "el carro"pero Almeria como capital no,y todo lo de aquì tenemos la obligaciòn de mimarlo con cariño.

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  2. Manolo Escobar :descanse en paz,solo ver en la tele y la gran despedida que has tenido a parte de la mùsica española que has llevado por todo el mundo y los españoles no te olvidaremos ,es ese gran artista que has sido y has dejado un gran legado ,Almeria le debe un homenaje a su memoria,y la gran cantidad de canciones que nombra Almeria .

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