Joaquín
Jiménez
Portavoz
del PSOE en el Ayuntamiento de Almería
Se
podrá decir más alto pero no más claro, la externalización de los servicios públicos
municipales de los gobiernos del PP comienza a suponer un duro varapalo a las
arcas municipales. Lo peor de una mala gestión pública es que la herencia que
deja la tienen que pagar los ciudadanos. El último ejemplo lo hemos tenido esta
semana. El alcalde acaba de recibir una sentencia del Tribunal Superior de
Justicia de Andalucía en la que se condena al Ayuntamiento a pagar 5,4 millones
de euros de indemnización a la anterior empresa concesionaria de los cementerios.
Ciudad Digital / Ideal |
No
me parece una buena noticia el fallo del tribunal, pero tampoco me parece muy
halagüeño el futuro que nos podrían deparar otras reclamaciones pendientes. Son
decisiones cuya responsabilidad última recae sobre el primer edil. Es su firma
y no la de otros la que se estampó en contratos y convenios que ahora se dirimen
en los tribunales, y no es justo que los ciudadanos y las futuras corporaciones
tengan que arrastrar el peso que supondría nuevas indemnizaciones millonarias como
la conocida estos días.
En
política los errores se han de asumir. Empresas contratadas por el alcalde
ahora exigen lucros cesantes millonarios. Ahí tenemos el esperpento de la concesión
de la Ciudad Digital
a Telvent. También se le dio y luego se le quitó el servicio. Aguarda su turno
en los tribunales el promotor del convenio de la Compañía de María. Tenía
un acuerdo para unos desarrollos urbanísticos que nunca se produjeron. Eso sí,
el promotor construyó para la ciudad el nuevo cuartel de la policía local.
Más
reciente es el caso del campo de golf del Toyo, otra concesión rescindida antes
de tiempo. La empresa va a reclamar en los tribunales el dinero perdido. Son
decisiones erráticas como la adjudicación de la parcela comercial de esta
urbanización a una unión de promotores locales que han incumplido el objeto de
la misma.
Y
ahí tenemos esos seis millones que el Ayuntamiento debe devolver a miles de
contribuyentes que durante años hemos pagado un IBI sobrevalorado.
Este
alcalde se ha convertido en un problema para los intereses de la ciudad. Su
política de convenios urbanísticos absurdos no sólo no beneficia al municipio
sino que provoca el enfado de empresas y promotores que los firman. Y claro,
llevan al Ayuntamiento a los tribunales.
Una
vez denominé este estado de cosas como una cadena de despropósitos. Como lo es
tener edificios municipales abandonados después de años de servicio a la
ciudad. Es el caso del antiguo cuartel de la policía local o el de Protección Civil
en los Molinos. O comprar inmuebles que no se necesitan, como el hospital de la Virgen del Mar, o adquirir la Casa de Valente para tenerla cerrada.
Tiene gracia la frase "Lo peor de una mala gestión pública es que la herencia que deja la tienen que pagar los ciudadanos", no sé...me suena a algo... Otra demostración del cinismo del bipartidismo. Además, lo de hablar en primera persona, qué megalómano suena...
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