Martha
Puyol
Exvicepresidenta
de OIDE
Hace
años que los descendientes de españoles emigrados, venimos luchando por ser
escuchados para ser reconocidos como españoles. En Ley 52/2007, de 26 de
diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas
en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil
y la dictadura, se agregó a último momento la Disposición adicional séptima
“Adquisición de la nacionalidad española”, que decía así:
“1. Las
personas cuyo padre o madre hubiese sido originariamente español podrán optar a
la nacionalidad española de origen si formalizan su declaración en el plazo de
dos años desde la entrada en vigor de la presente Disposición adicional. Dicho
plazo podrá ser prorrogado por acuerdo de Consejo de Ministros hasta el límite
de un año.
Téngase en cuenta
2. Este
derecho también reconocerá a los nietos de quienes perdieron o tuvieron
que renunciar a la nacionalidad española como consecuencia del exilio.”
Esta
disposición fue discriminatoria para los descendientes de abuela española
emigrada antes de 1936, los hijos mayores de quienes obtuvieron su nacionalidad
por dicha ley y los hijos de los descendientes que se debieron
naturalizar, por razones laborales en su mayoría.
Ahora
bien, cada vez que desde distintas agrupaciones se ha solicitado un
cambio en la normativa, se dan distintos motivos y explicaciones por las cuales
no se puede extender el acceso a la nacionalidad ni a los nietos de abuelas, ni
a los hijos mayores de quienes optaron por la nacionalidad de origen a través
de la Ley de
Memoria Histórica, ni los nietos de los españoles que se debieron naturalizarse
al país de acogida por razones económicas.
De
acuerdo a la experta en nacionalidad española Dra. Aurelia Álvarez, fiel
defensora de los derechos de los descendientes de españoles, esta exclusión
continua y sistemática de este colectivo de descendientes se solucionaría
otorgándoles la nacionalidad al igual que se concede a los sefardíes:
accediendo a la nacionalidad por Carta Naturaleza.
Entonces
nos preguntamos: ¿No se puede o no se quiere? ¿Cuál es el miedo a esta reforma?
¿Tienen más derechos los deportistas, artistas, etc., que un nieto de español,
que lleva sangre española en sus venas?
Quedó
demostrado en la aplicación de la
Ley de Memoria que la mayoría la desea para conservar sus
raíces y no para emigrar, por lo que queda expuesto que esto no se soluciona
por falta voluntad política. Es hora de que España salde las deudas
con sus emigrantes.
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