Antonio Lao
Director de Diario de Almería
UNA enorme dosis de realismo nos dejan los presupuestos del Estado para 2014 en Almería. Aunque desde el Gobierno se venden como "los de la recuperación", lo cierto es que si uno mira las cifras con atención comprueba que vamos a seguir siendo un erial para las inversiones. Aquellos que piensen lo contrario les pido, incluso les ruego, que traten de convencerme de lo contrario y, encantado, rectificaré con gusto.
Por más que analizo las cifras y trato de buscar un aspecto positivo no lo encuentro. Algún representante político del Gobierno en Almería me dirá que hay 100 millones para el AVE con Murcia y casi otros tantos para inversiones en agua. Y es verdad. Pero no es menos cierto que este año, que da ya sus últimos coletazos, se contaba con cifras similares y no se ha puesto una sola traviesa en el tren de alta velocidad, que no estuviera presupuestada de años anteriores y poco vemos que las desaladoras previstas en el Levante o Poniente estén a pleno rendimiento. Aunque este es otro tema.
La crisis ha acabado con cualquier sueño que tuvieran los ciudadanos de esta provincia de viajar en AVE a Madrid antes de 2020. Sólo con darse una vuelta por el trazado, se comprueba como las obras están paralizadas y las malas hierbas se abren paso en detrimento de unos railes que no llegan y de una electrificación que duerme, a la espera de dinero, el sueño de los justos.
Y no crean que la culpa es toda de aquellos que nos gobiernan ahora. Ni mucho menos. Ya durante los últimos años de mandato de Rodríguez Zapatero, los responsables de Fomento se encargaron de doblar el periodo de licitación y elaboración de proyectos de obras, con lo que el proceso de inicio de los trabajos se retrasaba de uno a tres años.
Y lo que es más hilarante es que traten de hacernos comulgar con ruedas de molino. He escuchado a algunos dirigentes del PP, caso de la diputada Carmen Navarro, pedir que el PSOE reconozca las inversiones. ¿Y dónde están señora diputada? No las vemos por ninguna parte, pero ni estas, ni tampoco las que la Junta debe hacer en su comarca, que también sestean, a la espera de fondos.
Si bien es cierto que los presupuestos están para incumplirlos, quiero pensar que al final de año habrá máquinas trabajando en el AVE, que alguna de las desaladoras trabajará para saciar la sed que siempre nos atenaza y que la autovía con Málaga, por fin, es una realidad. Pero mucho me temo que no son más que deseos. La realidad, tozuda, pasará por obras paradas, tramos llenos de matojos y máquinas oxidadas esperando fondos.
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