Antonia
Sánchez Villanueva
Subdirectora
de La Voz de
Almería
Fue
decir públicamente hace unos días el presidente madrileno, Ignacio González, que
Madrid está financiando el conjunto de las pensiones de España y removerse ipso facto el avispero de la contribución
de cada territorio a la caja común y de la viabilidad del sistema. Fue en vísperas
de que el PP sacara adelante en solitario la polémica Ley de Reforma de las
pensiones, cosa que hizo este pasado jueves.
Lo
que dijo González está basado en la realidad de las cifras. Pero no es toda la
realidad. Almería,
como la Comunidad
de Madrid y como Baleares y Canarias (Tenerife y Las Palmas), arroja superávit en
la balanza de la Seguridad
Social destinada al pago de las pensiones. Son, de hecho, las
cinco únicas provincias de toda España que ingresan más dinero para pensiones del
que gastan en prestaciones, de acuerdo con los datos de ejecución
presupuestaria de la
Seguridad Social del último ejercicio, el de 2012. El resto
presentan déficits, algunas muy acusado, lo que ha mermado las reservas del
sistema hasta un punto preocupante.
Almería
es un caso aislado dentro de Andalucía. El conjunto de la Comunidad Autónoma
gastó el año pasado en pensiones 4.500 millones de euros más de los que ingresó.
Y, sin embargo, Almería aportó en ese ejercicio a la caja común 1.011 millones
de euros y gastó 972 en pago de pensiones. O sea, que la provincia almeriense
es contribuyente neta.
Obviamente,
detrás de esta fuerte alteración de las cuentas de las pensiones se encuentra la
caída de ingresos de la
Seguridad Social por las altas tasas de desempleo en todo el
país. En el caso de Almería, el paro es todavía más elevado que la media
nacional (el 37 % en la provincia frente al 26 % del conjunto de España), pero
la cuantía de las pensiones que se pagan es sustancialmente más baja, algo más de
800 euros frente a los 1.300 de media nacional.
Esto
último es así porque, durante décadas, los almerienses han cotizado a la Seguridad Social
en los tramos más bajos, fundamentalmente en actividades como la agricultura, y
ha habido escasa presencia de gran industria y grandes centros de servicios.
Por
otro lado, la provincia de Almería tiene una población joven, lo que hace que
el peso de pago de pensiones no sea tan elevado como en otros territorios con
población más envejecida.
En
todo caso, el superávit de Almería en el sistema de pensiones es estructural,
viene siendo así desde hace años, al contrario que otros territorios que han
visto con la crisis caer su contribución a números rojos.
El
balance presupuestario de la Seguridad
Social revela que las dos comunidades con planteamientos independentistas
(Cataluña y País Vasco) son notablemente deficitarias en su aportación al
sistema estatal de pensiones y, al tiempo, tienen pensiones de jubilación bastante
por encima de la media.
Influyen
en esa situación el ser zonas con grandes reconversiones industriales (jubilaciones
tempranas y generalmente elevadas) y ser grandes centros de servicios.
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