Luis A. Torralba
Valencia Plaza
Cajamar
ultima una colocación de 750 millones de euros en cédulas hipotecarias a cinco
años, cuya fecha de emisión está programada para el viernes 22 de
noviembre y el vencimiento fijado el mismo día de 2018. Una
operación referenciada a un tipo de interés del 3,75%, según ha podido saber
este diario, como también que será colocada entre inversores institucionales y
no para generar 'colaterales' o garantías para financiarse ante el Banco
Central Europeo (BCE).
La
operación, que ha sido registrada en la Comisión Nacional
del Mercado de Valores (CNMV) bajo la actual denominación jurídica de Cajamar
-Cajas Rurales Unidas (CRU)-, contará con Crédit Agricole, Nomura,
Santander y Société Générale como colocadoras. Los
mismos que ya participaron en la exitosa colocación de la primera caja rural
española el pasado 8 de mayo, tal y como avanzó este diario. En aquella ocasión fueron
500 millones de euros -también en cédulas hipotecarias- las que se colocaron.
VUELTA
A LOS MERCADOS MAYORISTAS
Entonces
casi dos tercios de los 115 inversores institucionales fueron extranjerosen la
vuelta a los mercados mayoristas de Cajamar, dado que desde marzo de 2010 no lo
hacía. Las
emisiones realizadas desde entonces hasta esa fecha eran 'autocolaciones' para
poder utilizarlas en la ventanllla del organismo presidido por Mario Draghi. La
misma institución que va a 'testear' a la primera cooperativa española por
superar los 30.000 millones de euros en volumen de activos.
GARANTÍA
DE LA CARTERA
Las
cédulas hipotecarias son activos financieros o títulos de renta fija, tal y
como lo define el Banco de España, que se emiten con la garantía de la cartera
de préstamos hipotecarios de la entidad de crédito emisora. Precisamente la
reciente bajada de tipos de la institución ha abaratado todavía más los costes
de financiación de la banca, que por otro lado han vuelto con ganas a
financiarse a los mercados mayoristas en las últimas semanas.
El
descenso de la prima de riesgo y las mejores perspectivas de la economía
española han derivado en rápidas colocaciones de deuda por parte de un
buen número de entidades domésticas, tanto financieras como no financieras.
Todo ello mientras el Banco de España no se muestre precisamente partidario por
las emisiones de cédulas hipotecarias.
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