José
Fernández
Periodista
Como
una ola sobre la que surfease, melena al viento, el espíritu indomable de Rocío
Jurado, rompe en Almería una especie de sentimiento de secesionismo andaluz que
clama por quemar puentes y trazar fronteras con el resto de Andalucía. Son diversos
los foros que dan cobijo y asiento a la expresión de un creciente malestar
basado en una pretendida y permanente discriminación del poder sevillano con
Almería.
Y
como quiera que este modesto espacio está impregnado de un espíritu de
concordia y paz, quiero ofrecerles hoy un dato apaciguador y amable. No se
llamen a engaño: la Junta
de Andalucía no entiende de provincias a la hora de pellejizar su actuación. Es
decir, que para muchas cosas son igual de inútiles desde Ayamonte hasta Pulpí.
Disfruten
ahora de este bonito ejemplo. Les sonará a ustedes de algo el trile que desde
hace tiempo viene manteniendo la
Junta con el hospital materno infantil de Almería, prometido
en 2007 y que debería estar en funcionamiento desde 2011, etcétera. De todas esas
promesas y retrasos, los almerienses tenemos el fehaciente testimonio de una
primera y única piedra que, por mucho que se quiera, es poco para un hospital.
¿Y
esto lo hacen con Almería porque nos detestan especialmente? Bueno, pues no. Un
amable lector me da recado de la situación en la que nuestro ineficaz gobierno autonómico
mantiene su también incumplida promesa de un hospital materno infantil en
Algeciras, prometido en 2008 para entrar en funcionamiento en 2010.
La única
diferencia es que mientras que el PSOE almeriense sacó más morro del debido asegurando
que nuestro hospital “era una prioridad”, los socialistas gaditanos han admitido
que la obra ya “es inviable”. Dos provincias, dos proyectos, dos promesas, dos
incumplimientos y un mismo estilo: engañar al contribuyente sin propósito de
enmienda.
Y es
que lo de la Junta
del PSOE de Sevilla no es tanto un problema de afectos como de simple y
manifiesta incapacidad de gestión.
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