Periodista
Cuestión de Justicia. En
principio es comprensible el estado de indignación de víctimas del terrorismo
durante estos días, a raíz de la sentencia del Tribunal europeo de Estrasburgo,
derogando la aplicación de la Doctrina
Parot, con efectos retroactivos sobre sentencias firmes. No debe extrañar
ni debe provocar escándalo la resolución europea porque, cuando en su día se
dictaminó, no faltaron comentarios de juristas y expertos que ya opinaron del
disparate que suponía el carácter retroactivo de la Doctrina Parot, vaticinando que cuando llegara el asunto al
Tribunal Europeo, éste fallaría en contra. Así que el mundo político y judicial
español, en líneas generales, no puede llamarse a engaño. Ni siquiera el
Tribunal Constitucional quiso resolver este asunto, y lo que hizo fue pasar la patata caliente al Tribunal europeo, a
sabiendas de lo que iba a pasar.
El etarra Erro Zazu abandona El Acebuche |
La tragedia personal, el dolor
de las familias, es algo que permanece hundido en cada memoria, es
comprensible, pero no justifica que determinadas corrientes de víctimas del terrorismo mantengan una
especie de chantaje emocional con el Estado y la sociedad.
Viendo las escenas en las televisiones de la
manifestación en Madrid, sorprendía el grado de rabia y de protesta, hasta el
punto de que sólo faltaron los gritos de ¡Ejército
al poder!, como ocurría en los primeros tiempos de la Transición, por parte
de la extrema derecha y los nostálgicos del franquismo, en los entierros por el
terrorismo. Me llamó la atención, por ejemplo, el grado de histeria, gritos y
lágrimas del hermano de un guardia civil asesinado por Eta (han asesinado a mi hermano por segunda vez),
a la salida de la cárcel del etarra, un asesinato ocurrido hace más de veinte
años. Y la presidenta de las víctimas de terrorismo ha llegado al disparate de
pedir la disolución del Tribunal Supremo, por cumplir la sentencia del Tribunal
de Estrasburgo.
Y para más despropósito, el
periódico El País, en un editorial,
tras analizar la lógica del fallo de Estrasburgo, argumenta que es repugnante ver en las calles a los
terroristas tras su puesta en libertad. ¿Y este es su ideario periodístico?
Lamentable.
Los asesinos, terroristas o
no, como cualquier delincuente, cuando cumplen sus condenas salen a la calle.
Así ha sido toda la vida. Y corresponde a la Sociedad, a la Democracia, promover
la justicia para todos, para las víctimas y para los terroristas condenados,
ex-reclusos.
Ejemplar y admirable, en este sentido, son los encuentros que hay entre víctimas y terroristas, encuentros duros que exigen mucha entereza y que no todo el mundo soportaría. Son estos gestos los que dan esperanza de que un futuro en paz es posible. De la otra manera, no. Cuestión de justicia.
Ejemplar y admirable, en este sentido, son los encuentros que hay entre víctimas y terroristas, encuentros duros que exigen mucha entereza y que no todo el mundo soportaría. Son estos gestos los que dan esperanza de que un futuro en paz es posible. De la otra manera, no. Cuestión de justicia.
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