La Hoya y los oportunistas

Juan Megino
Exalcalde de Almería

El paraje de La Hoya, seguramente desconocido por muchos almerienses, está situado en un espacio, singular y sensible, entre las faldas de la Alcazaba y el cerro de San Cristóbal, a espaldas del Ayuntamiento en su fachada recientemente rehabilitada.

Muralla de la Hoya
Desde su singularidad, y ante la ausencia de espacios libres en esa zona de la ciudad, llamaba extraordinariamente la atención que ningún gobierno municipal se hubiera puesto manos a la obra para crear en ese lugar un espléndido parque.

Por fin, en el año 1998 el Ayuntamiento realizó un magnífico proyecto y consiguió, además, financiación de fondos europeos, exactamente 500 millones de pesetas de entonces, para su realización. Solo tuvimos un pequeño problema, que el suelo no era de propiedad municipal sino del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Fueron vanos los múltiples intentos realizados para conseguir la cesión por parte del Gobierno central, pese a que entonces era del Partido Popular, al igual que el Ayuntamiento, con lo que se perdió la gran oportunidad de hacer ese pulmón verde, y, además, perder los 500 millones de pesetas ya concedidos.

Durante la Corporación 1999-2003 no hubo ninguna nueva gestión por parte del gobierno social-comunista de nuestro Ayuntamiento y fue a partir del 2003, con un nuevo Gobierno municipal de coalición PP- GIAL, cuando se reactivó el interés por el proyecto.

Tras larguísimas negociaciones con el Consejo Superior, en las que también se implicó nuestra Universidad, se llegó en el 2007 a un Convenio firmado por el actual alcalde, el rector de la Universidad de entonces y el presidente del Consejo, regido, en esas fechas, por un gestor del Partido Socialista.

En dicho convenio, el Ayuntamiento recibía la cesión del suelo de La Hoya por ¡50 años!, mientras que el Ayuntamiento cedía una parcela de propiedad municipal en terrenos de la Universidad, para que el Consejo levantara allí su edificio científico, cosa que hizo, y que fue incorporado, en su momento, para aumentar el nivel investigador de nuestra Universidad.

Con el suelo conseguido, Ayuntamiento y Junta, en ejemplar colaboración, no habitual, realizó un concurso de ideas a nivel internacional para un futuro proyecto de un parque botánico y arqueológico para disfrute de los almerienses. Tal concurso fue fallado, y pagado a los ganadores, por cierto, españoles.

No es verdad, como dice algún grupo político oportunista del Ayuntamiento, que desde entonces no se haya hecho nada. Se identificaron las expropiaciones a realizar y se cuantificó la totalidad de la inversión, pero la llegada de la crisis a todas las administraciones intervinientes hizo imposible la continuación del proyecto.

Hay que recordar a los desmemoriados, que el compromiso de conseguir fondos, en torno a los 10-12 millones de euros, alcanzaba no sólo al Ayuntamiento, sino también a la Junta, al Consejo Superior y a la Universidad. Transcurridos seis años, y ante la inacción del proyecto, el Consejo nos reclama el suelo, tal y como preveía el Convenio.

Espero que la actual Corporación, en lugar de criticar el acuerdo, cuestionando incluso la legalidad del mismo, sea capaz de renegociar el Convenio firmado, máxime existiendo, en estos momentos, sintonía política entre Gobierno central y Ayuntamiento.

En cuanto a IU, que critica ahora el convenio, habría que recordarle que fue gobierno municipal de 1999 a 2003, sin hacer absolutamente nada por este u otro proyecto, al que, además, nunca se opuso. Ahora podría corregirlo, en parte, pidiendo colaboración a la Junta, a través de la Consejería de Fomento que dirige una conmilitona de IU.

Todo lo demás es oportunismo y amnesia interesada de algunos, intentando minimizar los logros de una Corporación, especialmente exitosa, a la hora de conseguir financiación europea para inversiones en nuestra ciudad.

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