Juan
Torrijos
Periodista
El
presidente del Colegio de Arquitectos cree necesaria una importante depuración política
ante tanto político “dudoso”. Nos merecemos, añade don Javier, unos políticos
con un mínimo de “seriedad”. Por mucho que lo intento no consigo argumentos
para oponerme a lo por él manifestado.
Manuel Guzman |
que
hagan el payaso de vez en cuando, pero que se comporten con una mínima “seriedad”
cuando de gobernar a los ciudadanos se trata. No es pedir demasiado.
Se
impone una depuración ante tanto político dudoso como campea por el arco
parlamentario y municipal. Nos gustaría poder estar en contra de la apreciación
de don Javier, pero mucho me temo que mientras no se lleve a cabo esa depuración
los ciudadanos vamos a mirar con preocupación a los “dudosos” políticos que nos
han tocado en suerte.
Y no
nos echen la culpa a nosotros cuando hablamos de políticos “dudosos” ya que son
ustedes los que cada día salen exigiendo explicaciones sobre alguna nueva duda
o sombra sobre algún rival.
El
colegio de Arquitectos ha sentado en el juzgado a la derecha de Almería y a la
izquierda de Sevilla. En los dos casos la justicia le ha dado la razón. En los
dos casos los políticos perdedores han puesto el grito en las alturas. Algunos
incluso con avisos o amenazas como es el caso de la derecha de Almería.
Cuando
no se tiene razón, como le ocurre al ayuntamiento de Almería y a su edil Manolo
Guzmán, se suele perder la “seriedad”, la tranquilidad y hasta el oremus, y
claro, por la calle de en medio acaba uno con el aviso o la amenaza por
bandera.
¿Los
avisos o las amenazas son sólo por parte de Guzmán? ¿Debe entender el colegio que
Luis Rogelio apoya a su edil? No estaría de más que el alcalde pusiera un poco de
seriedad en sus concejales. No debe olvidar que cualquier toma de postura por
parte de sus compañeros la acaba pagando él.
Si
está de acuerdo con Guzmán nada que objetar, él sabrá lo que se hace, si no lo
está más le valdría salir y decirlo.
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