Diego
Cervantes
Profesor
de la UAL
El
periódico de mayor tirada en España ha publicado extractos de la contabilidad
de una empresa constructora, Hispano Almería, con supuestas pruebas escritas de
financiar al Partido Popular, no de manera altruista, sino para obtener concesiones
de obras. La denuncia de El Pais dice
que dicha empresa destinaba el diez por ciento del valor de las obras que el
Ayuntamiento de Roquetas le otorgaba para pagar gastos electorales a ese
partido y otro cuatro por ciento al funcionario obligado a dar el visto bueno a
las valoraciones de obras.
La
contestación del PP de Almería se ha limitado a una breve nota, negando tales acusaciones
y culpando al mensajero de participar en una campaña de difamación. De forma
personal, solo ha dado la cara un segundo de a bordo afirmando tajantemente: “El
Partido Popular jamás se ha financiado de forma ilegal”, “no nos consta que la
fiscalía esté interviniendo”. Al día siguiente, el Fiscal Jefe de Andalucía anunciaba
que la policía judicial investiga el asunto.
Se
reproducen de una manera fiel los hechos producidos, las acusaciones
practicadas en el caso Bárcenas y las reacciones de los personajes. En Madrid,
las grandes empresas que pagaron, según recoge la contabilidad b del PP,
desmintieron tales aportaciones.
Rajoy
vs Amat dan la callada por respuesta. Cospedal vs Aureliano hacen el ridículo con
declaraciones que inmediatamente se demuestran incoherentes y falsas. En Madrid
y Almería se defienden diciendo que interpondrán querellas penales a El País y acaban por no hacerlo. Persiguen
un único fin, que la Justicia
no les condene, ya que son conscientes que la ciudadanía no los cree y solo les
queda la esperanza de no perder votos en una España donde personajes como Gil
salieron triunfantes en todas las citas electorales.
La
crisis económica está dando lugar a una crisis política en toda regla. La
estructura que nos dimos en la
Transición sirvió para acabar con la dictadura, pero ha
ignorado durante muchos años que los partidos mayoritarios, antes PSOE y hoy el
PP, financiaron sus campañas electorales al oscuro amparo del poder, con sobres
y maletines que llenaban las alforjas del partido y de corruptos, a cambio de
sobrevalorar obras públicas y concesiones.
Es
urgente regenerar la vida política para que haya democracia real. No queda
margen para esquivar acusaciones de forma tan pacata. Sr. Amat, usted es el
responsable del PP
en
Almería, debe dar la cara, y si no puede convencer de forma clara, tome el
único camino posible: ¡Dimita!
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