Diego
Cervantes
Profesor
de la UAL
No
es bueno para una ciudad que su alcalde se comporte como los malos jugadores
del mus, que cuando juegan al “tran tran” se dejan llevar, esquivando los
lances para ganarlos al final sin arriesgarse. Traducido a la labor política,
un alcalde al “tran tran” no aporta ninguna iniciativa de trasformación de la
ciudad, e intenta pasar cómodamente su tiempo.
Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, alcalde de Almería |
El nuevo
gran objetivo del municipio era el soterramiento. Trascurridos diez años de
alcaldía con D. Luis, nadie cree en su realización. Cierto que la economía
marca la pauta, pero lo grave es no entender que los tiempos han cambiado y no
actuar en consecuencia. Aun sabiendo que la obra no se hará, no se buscan
alternativas. Eso sí, se atiende para que salgan adelante intereses privados.
En
vez de definir un modelo de ciudad para los nuevos tiempos, se planea construir
en el antiguo Toblerone dieciséis plantas de pisos. O se compra el edificio de la Plaza Virgen del Mar de difícil
uso, haciéndole un inmenso favor a su propietario que le resultaba difícil de
sostener ante la pérdida de su mejor inquilino.
Con
la misma intención se adquieren las viejas instalaciones de la carretera de Pescadería,
en cuyo aprovechamiento no cree ni el propio edil de urbanismo. Todo ello por
decisiones personalísimas de un alcalde que pasa la mitad de su tiempo viviendo
en Madrid.
Almería,
en las últimas décadas, ha logrado grandes objetivos. Fueron un éxito los Juegos
Mediterráneos que requirió un esfuerzo considerable de todos. Se ganó en confianza
y autoestima. Conviene recordarles a algunos políticos del PP que claman hoy
contra un posible gobierno social-comunista la labor realizada en la
corporación 99-03.
La
gestión de aquel gobierno de izquierdas consiguió que cuando el actual alcalde
empezaba a gobernar, se estuvieran ejecutando todas las infraestructuras
necesarias para el evento. El nuevo alcalde sólo cortó las cintas de la
inauguración. Estaba terminado el Residencial de El Toyo, del que después se
obtuvieron cuantiosas ganancias para el municipio.
Finalizaba
su construcción el Palacio de Congresos que sirvió de centro de operaciones y
que luego fue inexplicablemente cerrado durante siete años por nuestro alcalde,
aunque hoy ha descubierto su valor. Se construyó en esos años la ciudad
deportiva, el Estadio de los Juegos y el Palacio de Deportes.
D. Luis
Rogelio se apuntó todos los tantos sin merecerlos. Lleva diez años de gestión y
aun no puede presentar este volumen de actuaciones. Se limita a jugar al “tran
tran”.
Quizás sea un poco de pelusilla, una espinita clavada, por no haberle hecho ni un quartz de sombra en su irrelevante carrera política (por eso de sus resultados electorales).
ResponderEliminar