Manuel Cantón
Excandidato al Senado por UPyD
Empezamos a ver que nuestro
entorno comienza a llenarse de zanjas, vallas de obra y carteles anunciando lo
que se piensa hacer. Esto no es más que el síntoma inequívoco de que en poco
más de año y medio tendremos elecciones municipales.
Como viene siendo norma en
nuestros señores dirigentes cuando se acercan elecciones, se afanan en realizar
obras en diferentes
zonas de los municipios. Para ello, aunque tengamos una crisis galopante, los
gobernantes sacarán dinero de donde no lo haya para poder tener el placer de inaugurar,
pero eso sí, dejando la plaquita pertinente con su nombre y la fecha del acto.
Esta rancia actitud, herencia de
otras épocas, es la muestra palpable de que, al menos durante cuatro años, el
cortijo ha sido mío y aquí dejo mi impronta.
El problema que encuentro con
estas obras no es que se hagan. El inconveniente parte de que son obras
cortoplacistas y que no afrontan los problemas reales que acucian a los
municipios.
Son momentos donde la inversión
del céntimo tiene que ser mirada con lupa y pensando en el largo plazo. Basta
ya de hacer cosas que posteriormente tienen que rehacerse o que son solo
parches.
Los dirigentes tienen que
consensuar con toda la Corporación los proyectos que se realicen en el corto,
medio y largo plazo, puesto que será ésta la única forma de hacer que se
realicen proyectos con sentido y no obras que sirvan como campaña
propagandística del partido gobernante.
¿Acaso no recuerdan que fueron
elegidos por los ciudadanos y con el fin de dirigir?
Dirigir es mucho más que realizar
una campaña de marketing. Dirigir es mucho más que poner una placa. Se trata de
pensar en el futuro, de pensar en el hoy y en el mañana. Es por eso que, si hay
dinero para obras, hay que tener dinero para paliar la situación catastrófica que
sufren las familias, hay que tener dinero para que hoy esas familias puedan
vivir y no mal vivir.
Entiendo que lo que más vende es
una foto en el periódico cortando la cinta, pero eso no da de comer a los que
hoy pasan hambre. Tampoco hace que tengan material escolar aquellos niños a los
que sus padres no han podido compararlo y es claro que no hace que se pague ni
el agua ni la luz de esas familias.
Resulta curioso ver cómo se
realizan descuentos en impuestos a familias numerosas, pero... ¿y las familias
que no tienen para pagar esos impuestos y no lo son?
Cada vez es más palpable que los
dirigentes gobiernan estando alejados de las circunstancias reales, de lo que
es el día a día y que gran parte de su tiempo lo dedican a ser reelegidos y a
mantenerse en el cargo y para ello afrontan inversiones que endeudan más a los
municipios y dejan de estar pendientes de las necesidades de sus
ciudadanos.
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