Juan
Torrijos
Periodista
A la
petición de la oposición de un pleno extraordinario en Roquetas de Mar para
hablar de adjudicaciones a la empresa Hispano Almería el Grupo Popular ha dicho
que nones. Más claro: ahí tienen ustedes toda la documentación, pónganse a
trabajar. Los ha dejado secos el señor alcalde. ¡Joder, trabajar! Lo mismo es
que piensa el señor Amat que la oposición no trabaja mucho en Roquetas y que no
le viene mal un poco de curro.
Amat firma un contrato con Hispano Almería |
En
la diputación la jugada le ha salido bien al presidente. ¿No quería la
oposición conocer papeles?, pues ahí tienen ustedes la carretilla con todos los
legajos y al laboro. Nadie se quiso hacer cargo del carro. Y es que una cosa es
trabajar en una comisión y otra llevarse los informes a casa y sin un euro más.
No parece que esté la oposición (cualquier oposición) por el trabajo duro y menos
en solitario.
En
una cosa tienen razón los partidos que no gobiernan en Roquetas. Si Gabriel no quiere
pleno será por algo, ¿no? Y son muy libres de pensar que puede ser temor a descubrir
en tantas adjudicaciones a la misma empresa algunas irregularidades, algún chanchullo
o cualquier otra lindeza.
No
deja de ser sorprendente el que algunas empresas reciban tantas, casi todas las
adjudicaciones de una administración. ¿No hay otras que quieran trabajar con
las administraciones? ¿Son tan malas las demás que no consiguen ni una
adjudicación? ¿A qué viene ese cariño desmedido por parte de algún político por
una empresa en particular?
Cuando
vemos como la balanza se inclina siempre hacia el mismo platillo no podemos
dejar de pensar que hay truco. Las mayorías absolutas ofrecen la oportunidad de
defender los intereses del que manda sin tener que dar demasiadas explicaciones
a la oposición. Veto la convocatoria de plenos extraordinarios, las comisiones
de investigación, veto con los legales votos que me dieron los ciudadanos cualquier
intento de la oposición que me pueda perjudicar, y al que no le guste que gane
las elecciones con mayoría absoluta.
Se
podían cambiar las reglas del juego, pero los dos partidos que han tenido votos
para ello no lo han querido, por lo que ahora las quejas no les sirven para nada.
Están cobrando con la mismo moneda que ellos pagaron y pagan allí donde
gobernaron o gobiernan.
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