Sergio
Espí
Periodista
Digital
Después
de Belén Esteban, le ha tocado el turno a David Bisbal de publicar un libro
autobiográfico. Ambas vidas, aunque de distinta manera, pueden tener su morbo
para el público; la diferencia es que el cantante, en sus memorias, se ha
acobardado y ha escrito (suponemos que ha sido él) un listín de anécdotas
interminables, absolutamente aburridas y de las que se puede sacar poco jugo.
Eso sí, no deja en muy buen lugar la academia que le vio nacer
profesionalmente, 'Operación Triunfo' (TVE). De Chenoa habla bastante pero muy
superficialmente y a Elena Tablada, la madre de su hija, la despacha en tres
páginas. Eso sí, le manda un mensaje entrelíneas bastante demoledor.
Desconozco
si el libro de memorias de David Bisbal lo ha escrito él o no. Puede que las
dudas sobren pero cuando se habla de libros de famosos, la leyenda urbana nos
obliga a estar con la mosca detrás de la oreja. Da igual. El caso es que cuando
cayó en mis manos Desde dentro (Ed. Espasa) enseguida me temí lo mismo de
siempre; un texto mal redactado y poco interesante. Me equivocaba. Es
mucho peor. Ni siquiera es aconsejable para las fans. En serio.
Si
algo llama la atención, a priori, de estas memorias, es que David
Bisbal siempre ha sido un personaje que nos ha vendido una imagen de pureza.
Por muchos escándalos y especulaciones que le hayan perseguido, él nunca ha
jugado a vender su vida. Por ello, un servidor daba por supuesto que en su
biografía iba a mojarse, a contar lo que no se sabe de él, de sus relaciones y
de su profesión. ¡Ja! Qué iluso era.
Antes
de criticar el libro, he de decir que, en las distancias cortas, y de cara a la
prensa y a su público, Bisbal es un tipo majo. Hace justo una semana, el 27 de
noviembre de 2013, acudí como espectador de la primera gala en directo de 'La Voz' y he de confesar que el
ex triunfito era un personaje accesible, majete y respetuoso con sus fans (no
como Malú, se que comportó como una diva distante y seca). Bisbal tiene humor,
es simpático de puertas para fuera aunque esté siempre rodeado de una
corte de 'consejeros', gorilas o representantes con cara de pocos amigos.
Hasta
aquí las alabanzas. Y es que si tenemos que hablar del libro, sólo se puede
decir a su favor que se lee rápido. Uno puede pasar páginas y páginas por
encima sin perderse gran cosa. Yo que lo he 'sufrido', aconsejo este método
para futuros lectores.
Entiendo
que Bisbal, como cantante, guste a mucha gente. Por eso, la gente compra sus
discos y va a sus conciertos, pero ¿quién va a comprar su libro si no cuenta
nada relevante? Todos es una sucesión de hechos narrados sin emoción alguna.
Los nombres que da son sólo los de sus amigos. Los de los 'enemigos', o los que
les cae mal, se los calla.
El
David Bisbal que describe David Bisbal en Desde
dentro es un tipo tímido, muy trabajador, muy honrado y muy bueno. Una joya
de niño vamos. Y este es el problema de muchas autobiografías; que el personaje
rara vez se mira al espejo y convierte sus memorias en un acto onanista de
autopromoción. Todos pecamos y tenemos defectos. Lo interesante es admitirlos y
reconocerlos. Si no, no escribas tus memorias. Y si aún así lo haces, al menos
dí algo 'jugoso'.
Doy
por hecho que si alguien quiere leer este libro es por el mero afán de
cotillear la vida de un personaje tan famoso como éste; saber qué piensa de
unos y de otros; descubrir qué ha ocurrido realmente en una época determinada
de su vida; qué sintió por Fulanito o Fulanita... En el caso de Bisbal, había
tres puntos realmente interesantes: Su paso por 'OT', su romance con Chenoa y
la relación con la madre de su hija, Elena Tablada.
"NUNCA
ESTUVE A GUSTO EN OT"
Comencemos
por lo que cuenta Bisbal de ese hito que cambió la televisión llamado
'Operación Triunfo'. Tras narrarnos su infancia, su adolescencia, lo muchísimo
que le gustaba cantar y su época en la orquesta 'Expresiones', no es hasta la
página 100, más o menos, cuando 'entra' en la academia más famosa de la tele.
Bisbal
resume su experiencia en 'OT' de la siguiente manera:
Honestamente, tengo que
confesar que casi nunca estuve a gusto dentro del programa, y hubo ocasiones en
las que lo pasé realmente mal. Puedo decir que no disfruté de la experiencia.
Por mis propios nervios y por un sistema de trabajo impuesto que se alargaba
casi las veinticuatro horas del día.
Sobre
sus compañeros en la primera edición de 'OT', el cantante confiesa que:
No entendía a algunos
compañeros que se se jactaban en público de sus virtudes, ni tampoco a los que
de repente, arrancaban a llorar delante de los demás y de las cámaras.
Allí se crearon algunas
amistades. Pero tampoco demasiado intensas. En general, había lo que se dice
"buen rollo". Cada cual tenía su manera de ser con unos hablabas más
que con otros. Como en cualquier situación, como en la vida real, pero nunca
falló el respeto hacia el otro. Uno tenía buena relación con todos, no era de
los conflictivos.
Y
así, el lector se queda pensando: "Bisbal no era de los conflictivos,
sería que sí que había otros que eran de traca". Este es un ejemplo
perfecto de lo que hace el cantante en sus memorias: lavarse las manos. Suelta
pullitas pero nunca se moja.
Después,
el almeriense habla de lo mucho que admiraba a Rosa López (la ganadora), lo
impactado que le dejó una charla con Laura Pausini, lo difícil que le resultaba
hablar en inglés, de lo bien que se llevaba con Bustamante, el shock que vivió
al salir, por primera vez, de la academia y ver la legión de fans que tenía y
de lo muchísimo que aprendió en clases de expresión oral. Punto, el resto de
cosas las vimos por televisión o en las revistas.
Y de
Nina, la directora de la academia, Bisbal sólo la menciona una vez para decir:
Nina, por su parte, no
tuvo mucho contacto conmigo durante la mayoría del programa. Les ponía más
atención a otros concursantes y a mí siempre me mantenía a una distancia
prudencial. (...) Un día le pregunté acerca de su actitud y me contestó muy
claramente:
Yo voy detrás de los que necesitan mi apoyo. Y a ti siempre te veía muy suelto. No creía que te hiciera falta.
Yo voy detrás de los que necesitan mi apoyo. Y a ti siempre te veía muy suelto. No creía que te hiciera falta.
"LAURA
ME MIRABA Y ME COMPRENDÍA"
Una
de las relaciones sentimentales más conocidas de Bisbal, fue la que mantuvo,
durante años, con su compañera de 'OT', Laura Corradini, más conocida como
Chenoa. La cantante (y ex novia) es mencionada a lo largo de gran parte del
libro pero muy por encima.
La
primera vez que el autor nombra a Chenoa es cuando se fijó en ella durante los
castings y se dio cuenta de las tablas y el talento que tenía. Luego, su
relación se fue fraguando en la academia. El trabajo era tan duro, que Bisbal
se refugió en la que iba a ser su novia:
Laura me miraba y me
comprendía perfectamente. Enseguida notamos que teníamos una afinidad
especial... Conforme iban sucediéndose los días, fuimos sintiendo algo más que
amistad el uno por el otro.
En
un principio, la relación se ocultó para todo el mundo ya que, entre otras
cosas, los dos tenían pareja fuera del concurso. Pero fue Tony Cruz, el
productor, el que un día sentó a Bisbal y le dijo:
Y tú, qué ... ¿Cuándo
vas a arreglar la situación con tu pareja?
Así,
Bisbal describe cómo rompió con su novia de toda la vida y cómo está se portó
como una auténtica santa y le dejó volar... Qué suerte. Y tras salir de OT, y
aunque sus agendas estaban a tope, Bisbal asegura que su amor por Chenoa fue
creciendo:
A pesar de que cada uno
tenía sus propias obligaciones, estábamos aún viviendo el mismo sueño y
conseguíamos vernos y estar juntos a menudo.
Un
pasaje 'interesante' del libro es aquel en el que el coach de 'La Voz' describe un viaje
sorpresa a las Islas Maldivas que le regaló a Chenoa en 2004:
Era un paraíso, no
hacíamos más que pescar, descansar y sobre todo hablar y disfrutar de nuestra relación.
Por fin pudimos ser la pareja que éramos durante las 24 horas del día.
He de confesar que lo de
"disfrutar de nuestra relación" es un eufemismo que me encanta...
Y
tras páginas y más páginas de describir conciertos, giras, viajes y eternas sesiones
de grabación, Bisbal rompe con Chenoa en dos frases.
Aquel ritmo de trabajo
era muy perjudicial para mi relación con Laura, que comenzaba a debilitarse.
Nuestras carreras iban muy deprisa y empezábamos a tomar caminos muy distintos.
Igual que nos había unido, sin saberlo aún, la música nos iba a acabar
separando.
Y
ya. El dice que sufrió mucho, que ella es muy trabajadora y muy buena chica y
ciao. Según el cantante, no hubo cuernos, ni malos rollos ni nada de nada.
EL
SUTIL ATAQUE A ELENA TABLADA
Lo
más surrealista de todo el libro es que Bisbal apenas le dedica tres páginas a
Elena Tablada, la madre de su hija Ella. De su ex, el cantante se limita a
escribir que vivía en Miami, que la había visto antes pero que no se acordaba
de ella, que un buen día se pusieron a hablar y que sucedió "lo
inevitable" y que mucha de las cosas que se publicaban en la prensa rosa
era mentira (como que ella no era de su club de fans cuando se conocieron).
Y
sobre el divorcio, atención como Bisbal capea la patata caliente:
Aunque fuera primerizo e
inexperto (como padre), desde el principio me las he apañado muy bien en sus
cuidados (a su hija): lo mismo para ponerle los pañales, que para dormirla,
para darle de comer, para bañarla, para vestirla... Podía quedarme solo con
ella en casa sin ayuda de nadie. Por eso, cuando me separé de su madre un año
después, no se me hizo difícil cuidar de la niña por mí mismo.
Con
este párrafo, Bisbal le da un ¡zas en toda la boca! a su ex y de manera muy
elegante, sobre todo, si atendemos a los rumores de la prensa rosa que
apuntaban a que Elena Tablada se pasaba el día de fiesta.
En
fin, que no voy a desaconsejar el libro. Para gustos los colores. Pero, por
favor, el próximo famoso que escriba sus memorias que le eche un pelín más de gracia.
Sería un detalle.
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