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El PP andaluz traga saliva

Isabel Morillo
Jefa de Andalucía de El Correo de Andalucía

El baile de candidatos en el Partido Popular de Andalucía ha devenido en los últimos días en una coreografía descoordinada, de pasos vacilantes, que demuestra que la formación que ganó las últimas elecciones autonómicas no tiene director de orquesta. Es imposible saber qué está ocurriendo de verdad entre las bambalinas de un partido que va de tropiezo en tropiezo y que está dilapidando el poderoso caudal político acumulado en tres victorias sucesivas en las urnas (municipales, generales y autonómicas).

El que se fue y ¿el que viene?
Es inexplicable que después de año y medio de la marcha de Javier Arenas, el PP andaluz esté ahora peor que cuando encajó una dolorosa victoria electoral que supo a amarga derrota. Lejos de recuperarse anímicamente, el partido se ha dejado ir y su poder se ha diluido en una especie de reino de taifas, donde cada presidente provincial o alcalde de peso reclama su poder. Un organigrama inverosímil para una formación política que ha sido un ejército sin desobedientes bajo el liderazgo indiscutible de Arenas. En esas circunstancias, el PP andaluz tiene que buscar nuevo líder y Génova se lo está poniendo difícil.

Desconcierto de Rajoy. El insólito aviso de Mariano Rajoy el pasado lunes ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP ha desconcertado a muchos y ha dado alas a otros, que han comenzado a maniobrar para que el sucesor de Juan Ignacio Zoido no sea José Luis Sanz, número dos del partido, y a quien desde la cúpula regional se había señalado como el hombre destinado a tomar las riendas. La decisión parecía tomada, así lo hicieron saber desde la cúpula de los populares andaluces, pero Rajoy enfrió el debate con un mensaje que deja pocas dudas: “Lo que se ha publicado no es cierto en cuanto a plazos, calendario y personas”.

El presidente del PP dejó claro que no se va a sentir presionado y reclamó a Zoido “calma”. Conciso pero firme, Rajoy no ocultó ante la plana mayor de su partido que estaba molesto por cómo se había cocinado la sucesión en Andalucía y, sobre todo, advierten fuentes populares, porque los periódicos hubieran dado por hecho que él mismo había bendecido esta operación urgente cuando en realidad no había ocurrido así. Surgen muchas preguntas. La principal: ¿Cómo es posible que el PP andaluz señalara fecha y candidato para el congreso regional si no tenía el visto bueno de su presidente?

Esto es increíble. Es increíble y por eso poco probable que los populares andaluces hayan actuado sin tener el visto bueno de Génova, sobre todo porque la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, sí da muestras de estar muy pendiente de Andalucía y de querer dirigir personalmente este proceso. Quizás porque no quiere que su mayor enemigo en las filas del partido, Javier Arenas, tenga la tentación de influir más de la cuenta en esta segunda parte de su propia sucesión.

Zoido se aupó a la presidencia del PP andaluz después de que Rajoy se lo pidiera encarecidamente. No tenía interés y no lo ha disimulado. El alcalde de Sevilla dejó claro desde antes de acceder al cargo que iba a ser un presidente de tránsito y que su “pasión” es la alcaldía. Con esta franqueza sobre su falta de aspiraciones no hizo más que debilitar su liderazgo y situar al PP andaluz en una especie de interinidad que afecta al ejercicio de su oposición política.

Un tímido con buena cabeza. Zoido eligió como número dos a Sanz, alcalde de Tomares y conocedor de todas las claves internas del partido. Un político reservado, al que le producen alergia los focos y las escenas de mercado. Un tímido con muy buena cabeza política, que gana en las distancias cortas, pero que está muy lejos del perfil de quien sería su contrincante en unas próximas elecciones, la socialista Susana Díaz. Una mujer que en pocos meses ha demostrado ser una devoradora de protagonismo mediático y que disfruta con el apodo de presidenta del pueblo.

Zoido y Sanz son los grandes damnificados de la regañina que Rajoy dio el pasado lunes al PP andaluz. Si cuando José Antonio Griñán decidió que se iba y señaló a Díaz como su sucesora, Alfredo Pérez Rubalcaba hubiera tenido la osadía de frenar en seco la operación, el PSOE hubiera ardido en llamas. En el PP no pasa nada. Zoido, con más paciencia que el santo Job, tragó saliva y estrenó perfil en Twitter, con una nueva foto más cercana y mensajes del tipo: “En mi cabeza sólo tengo a Sevilla” o “Mis pies me han enseñado siempre la ciudad a la que amo. Mi cabeza y mis sentidos seguirán latiendo al ritmo que marca Sevilla en mi corazón”.

Casting. Cuentan que Génova ha pedido ahora un nuevo casting de posibles candidatos y que se buscan mujeres que hagan frente a Díaz. El PP de Málaga quiere a Juan Manuel Moreno Bonilla y José Antonio Nieto, alcalde de Córdoba, sigue entre los favoritos. Sanz calla y asegura que él está bien. Y en mitad de este baile de locos, el PP andaluz se descompone.

1 comentario:

  1. El PP andaluz, no sabe adonde va, es un pollo sin cabeza. Menos mal que al final no consiguio el poder, porque visto lo visto como está de debilitado no me quiero imaginar en el poder.

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