Antonio Felipe Rubio
Periodista
El próximo 2 de enero Granada celebrará con todo lujo y gran
afluencia de público el Día de la
Toma. Es de esos días en los que siento envidia, y no por
afinidad ideológica con los Reyes Católicos; nada más lejos. Es un gran error
contextualizar hechos históricos remotos en el modelo de sociedad actual que,
pasados los años, igualmente resultará anacrónico e insoportable para
generaciones venideras.
Omar Khayyam |
Nadie se ha ocupado de contar la verdad. Aquí, en Almería, el problema es simplemente cultural. La
ausencia de burguesía ha propiciado el desapego de las tradiciones y una
depredación oportunista cuyo legado sufrimos en aberraciones urbanísticas y
proyectos de aluvión que se hunden en el olvido y el desdén. Además, hemos
perdido innumerables oportunidades para recuperar símbolos, identidad y
orgullo. Por el contrario, acogemos con gregaria afinidad festejos amorfos e
injustificables como la “La Haba ”,
Noche de San Juan, Los Coloraos… nada de esto se colige con la historia y
tradiciones almerienses. Igualmente, si la Reconquista de Almería
es susceptible de interpretación, no lo es menos Los Coloraos. El problema es
que nadie se ha ocupado de contar la verdad y su contexto histórico: el pueblo
lo acepta y se le añaden aditamentos lúdicos e ideológicos para afianzar la
pervivencia.
La estólida modificación de la formulación en la tremolación
del Pendón da idea de la perversión histórica y la escasa calidad de los
políticos que la introdujeron. Eso de “por la integración de los pueblos” es lo
más alejado de unos Reyes Católicos que lo primero que hicieron fue expulsar a
moros y judíos arrebatándoles vidas y haciendas, como correspondía al
emplazamiento histórico del poder ligado a las confesiones religiosas
imperantes. Pero el Islam hizo lo propio con los cristianos, y aún, en la
extendida versión radical, no ha modificado la conducta.
Versos de Omar Khayyam. Que la
Alcazaba sea el monumento emblemático de la dominación
musulmana no implica resumir toda la historia de Almería (provincia y capital)
a la “apacible y sabia” época en la que parece que todo era recitar versos de
Omar Khayyam y contemplar el cielo estrellado con la guía del Almagesto. La
historia se cuenta por incontables incursiones, dominaciones, conquistas,
expolios y reconquistas: Abdera, Murgis, Portus Magnus, Urci (nada suena a
árabe).
Fenicios, íberos, cartagineses, romanos, moros, cristianos…
todos se disputaron, cruenta o incruentamente, las tierras, las vidas, las
haciendas y la imposición de sus leyes y sus dioses. Pero ahora toca la
exégesis de la historia de unos reyes que, trasladados a la actualidad, serían
unos pestosos absolutistas y consumados fascistas. Sin duda, idénticos
apelativos servirían para Stalin o la Revolución Cubana ;
todo es interpretable.
Efectivamente: unos bobeando con la alianza de civilizaciones y tergiversando nuestra historia con lo políticamente correcto, y mientras, los otros imponiendo sus credos únicos a sangre y fuego donde les dejan.
ResponderEliminarDebemos defender nuestra identidad cultural y no sucumbir ante el multiculturalismo relativista.
FugisaluDoS