Rafael Hernando y la teoría del tonto útil

Kayros

Periodista

Si digo la verdad nunca me interesó el discurso conservador y derechista de este diputado del PP. Me pareció el de un hombre que necesita vivir de la política y por tanto hacer de tripas corazón callando aquí y hablando allá a la espera de ser alguien dentro de la nomenclatura. Esto último parece haberse cumplido ya. Hoy le vemos en el Congreso muy cerca del líder ejerciendo de portavoz del grupo. Un oficio tan patético como el de informar sobre la verdad política en los tiempos que corremos exige una buena recámara, un manejo nada común de la palabra como moneda de muchas caras.

Rafael Hernando

Contra la ecuanimidad del informador frío y limpio de visceralidades parece imponerse el militante combativo, el francotirador audaz siempre con el hiriente epíteto al cinto como una escopeta de cánones recortados. Así es como Hernando la arma de vez en cuando con sus solemnes patas de banco. No me extraña que sea objeto de comentarios hasta en la prensa nacional.

En la alta tensión y suspicacia de la guerra fría se puso de moda el “tonto útil”, figura luciferina muy próxima al espionaje doble que lo mismo conspira a favor de los soviéticos como de los norteamericanos. Lo importante es desviar la atención de los grandes públicos ante problemas transcendentales.

No quiero comentar ahora todas sus frases. Me quedaré solo con una: la que alude a la República como responsable de un millón de muertos. ¿Pero en qué colegio, concertado supongo, le han enseñado a este señor que el golpe de Estado lo dio la Republica? A este señor hay que ponerle un loro en la oficina que repita sin cesar que fue Franco quien se levantó contra el poder constituido. De aquí arranca la guerra civil y por ende el número de muertos, que tampoco fue un millón, a ver si leemos menos novelas y más historias solventes.

Yo pienso que el subidón de agresividad del guadalajareño se debe a que aparecen ahora demasiados papeles de Gürtel y Bárcenas, con algunas noticias de supuestas contabilidades B y otras escondidas ingenierías de la corrupción. El estratega de guardia que todo lo ve desde Génova , 4, le habrá dicho: “Pero hombre, Rafael, tienes que inventarte algo con garra que tenga distraída a la jauría por lo menos hasta las elecciones europeas”.