Miguel
Cárceles
Periodista
/ Ideal
Los
periodistas nos merendábamos el jueves por la tarde, poco después de las 17
horas, la convocatoria urgente y extraordinaria de un Pleno en la Excelentísima Diputación
Provincial de Almería para la mañana del viernes, a las 9 horas. Y digo nos
merendábamos porque por poco y nos quedamos todos con un palmo de narices. La
convocatoria oficial del pleno se les trasladó a los diputados a las 14.30
horas del día anterior -reconocieron desde IU-. Y los servicios de comunicación
de la institución pública provincial no trasladaron el evento a la prensa. Esto
es: quienes trabajamos en los medios de comunicación tuvimos que enterarnos a
hurtadillas y por la oposición de que al día siguiente había cita plenaria. Algo
sin precedentes.
El carrito de los expedientes |
Un
correo electrónico del PSOE era el encargado de trasladar a quienes nos dedicamos
a contarle a usted lo que hacen sus dirigentes con el poder que les ha delegado
con su voto que el Pleno, urgente y extraordinario, nos iba a hacer madrugar.
No los servicios de comunicación de la Administración
pública.
El
pleno no era de trámite. Era un pleno extraordinario y urgente convocado a
instancias del PSOE con un punto crucial en el orden del día: la creación de
una comisión de investigación “que aclare las relaciones mantenidas entre la
institución provincial y las empresas del grupo Hispano Almería”, investigada
“en el caso de la presunta financiación irregular del PP de Almería que está
investigando la
Fiscalía Superior de Andalucía”, relataban desde la
oposición, ésta sí, en un comunicado a los medios de información de la
provincia.
Se
trata de un peligroso hecho sin precedentes. Jamás, jamás, se había convocado
un pleno en Diputación sin que los servicios de comunicación de dicha
Institución pública lo anunciaran a los medios de comunicación que, recordemos,
son vehículo del derecho constitucional de los ciudadanos a la información.
¿Por qué? ¿Falló el correo? Porque ese correo no falla para enviar las
convocatorias a otras ruedas de prensa y Plenos de mucha menor importancia, con
menos impacto e interés público.
Izquierda
Unida ha presentado una petición de información por escrito para conocer el por
qué de esta situación que jamás antes se había dado en la Institución pública
provincial. He preguntado a mis colegas ‘mayores’, a quienes llevan más años
que yo en esto de contarles a ustedes lo que ocurre en la calle. Y ninguno
recuerda una cita plenaria sin convocatoria pública a los medios. Tampoco hubo
comunicado posterior de la
Institución sobre el contenido del mismo.
El
PP ha defendido en el Pleno limpieza. Y en una fabulosa puesta en escena, ha
llevado en un carrito de biblioteca, tochos y más tochos de expedientes de
contratación de la
Diputación con Hispano Almería y otras empresas ligadas a
ésta, como Alconsan. Pese a este alarde de transparencia, votaban en contra de
la comisión de investigación y animaban a la oposición a revisar los expediente
y a acudir al juzgado si encuentran irregularidades. Mejor que eche un vistazo
usted, lector, a la crónica
de mi compañero Sergio González Hueso de lo que fue ese Pleno. Un debate sin
debate que daba cerrojazo al tema en apenas ocho minutos. Nadie tenía ganas de
hablar ni de discutir. Tampoco los socialistas, que no ahondaron, no
preguntaron, no debatieron. Fueron mucho más altisonantes los gestos -la propia
convocatoria del Pleno- que los hechos y las palabras. Casi como una
escenografía muerta, sin obra de teatro.
La
presunta financiación ilegal del PP de Almería ya
la investiga la
Fiscalía Superior de Andalucía, que ha encargado un informe
policial. Así que tendremos noticias más pronto que tarde sobre si existen o no
indicios de delito en la “voluminosa”
documentación puesta en manos del Ministerio Público. Pero eso no exime a
los partidos -también el PSOE, recordemos- de dar explicaciones políticas a la
ciudadanía. Y éstas se dan con los medios de comunicación presentes, no a
hurtadillas.
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