Viator no se merece a esta alcaldesa

Manuel Jesús Flores Malpica
Concejal del PSOE

El concejal socialista de Viator Manuel Jesús Flores Malpica publica en su página de Facebook este comentario que por su interés reproducimos:

Conozco cómo funciona la derecha, la derecha más dura y sectaria. Lo que no podía llegar a imaginar cuando tomé posesión de mi acta de concejal en el Ayuntamiento de Viator es que uno de sus máximos exponentes lo iba a tener enfrente. Hablo de la señora alcaldesa doña María del Mar López Asensio. Esta señora, que cree que está por encima del bien y del mal, utiliza las armas más antidemocráticas, sucias y rastreras que existen en la política actual. El odio hacia el que piensa distinto y su total falta de moral y ética le hacen ser un ejemplo vivo de todo lo que no se debe de hacer cuando se está en política.

La alcaldesa, en la fiesta
Sobre el último ejemplo, no sé cómo catalogarlo, no creo que pueda tener la suficiente lucidez para poder plasmar blanco sobre negro todas las sensaciones y emociones que se me pasan en estos momentos por mi cabeza. Para empezar diré que hoy 18 de diciembre concejales electos democráticamente adscritos a un grupo políticos con representación en la Corporación hemos sido vetados, ridiculizados públicamente y prácticamente echados de un acto público por la señora María del Mar López Asensio.

Era un acto público organizado por el Ayuntamiento de Viator con motivo de la tradicional comida navideña para nuestros mayores, cuando lo único que pretendíamos era felicitar las fiestas a nuestros vecinos y darles una pequeña tarjeta de felicitación navideña. Éstos son los hechos sin trampa ni cartón, la única verdad de lo ocurrido a las 15 horas en el Instituto de Educación Secundaria de Viator.

Ahora vamos a los detalles. Los concejales socialistas decidimos acercarnos a la tradicional comida navideña, que, como todos los años, celebra el Ayuntamiento de Viator, para felicitar las fiestas a nuestros vecinos y hacerles entrega de una tarjeta de felicitación navideña. Esta iniciativa parte de la premisa de que en ningún momento el equipo de Gobierno se ha dirigido a los concejales socialistas para comunicarnos e informarnos de la celebración de dicho acto.

Y cuando hablo de participar no me refiero a comer, cosa que por otro lado que sí han hecho los concejales populares, además de otras personas invitadas por el equipo de Gobierno que no son ni jubilados ni pensionistas de nuestro pueblo. Cuando hablo de participar, hablo de tener la posibilidad de compartir un rato con nuestros mayores y poder felicitarles las fiestas y desearles una feliz entrada de año.

Porque los concejales del Grupo Municipal Socialista tenemos como mínimo el mismo derecho a hacer lo que por otra parte los concejales populares han hecho después de comer, que es pasarse por las mesas para desearles felices fiestas a sus vecinos. La pregunta es clara: ¿se puede catalogar ese acto como un acto político? ¿O solo cuando lo hacen concejales socialistas es un acto político? Quizás cuando lo hacen los socialistas se considera un acto político y cuando lo hacen los del PP es un acto institucional.

Vamos a continuar en el relato. Pues con esa intención los concejales socialistas hemos accedido al Instituto de Secundaria sobre las 14:30 horas, comenzando a recorrer las diferentes mesas, por cierto, mientras la alcaldesa y sus concejales se “ponían las botas” a costa del estupendo trabajo realizado por el Taller de Cocina subvencionado por la Junta de Andalucía. Quisiera recalcar que un ningún momento hemos tenido otra intención que la anteriormente descrita y que la reacción de las personas a las que hemos tenido tiempo de saludar ha sido cordial y de agradecimiento.

En eso estábamos, de la forma más respetuosa posible, cuando la alcaldesa se ha levantado de su mesa abandonando su plato y se ha dirigido al escenario, ha tomado el micrófono y ha esputado las palabras más ofensivas y denigrantes que jamás he escuchado en mi trayectoria política.

Delante de todo el mundo allí congregado, en un acto institucional organizado por el Ayuntamiento, un acto festivo donde debe de reinar la cordialidad y las buenas intenciones, ha tenido la desvergüenza de decir que los concejales socialistas estábamos realizando un acto político y, por lo tanto, solicitaba que abandonáramos nuestra tarea ya que estábamos molestando a las personas allí congregadas, para terminar diciendo que eso ella no lo podía consentir.

Han sido los tres minutos de discurso más humillantes y más asquerosos que he vivido como concejal de este Ayuntamiento. Por decencia política, por elegancia y por la responsabilidad que ostento en este Ayuntamiento no he querido subirme al estrado y replicarle públicamente su total falta de moral y ética política. Ganas no me han faltado, pero por respeto a las personas allí presentes he preferido no hacerlo.

Lo que sí he hecho es recriminarle sus palabras una vez que la señora ha bajado del pulpito y ha retomado su asiento en su mesa para seguir degustando su comida. Me he dirigido a ella para aclararle un par de cosas. Su reacción, como era previsto, ha sido la más intolerante y fascistoide posible. Ha apretado los dientes y se ha reído irónicamente. Ni siquiera me ha mirado, no ha tenido decencia para rebatirme nada, ni para aclárame nada, tan solo ha seguido comiendo como si nada.

Ante estos hechos los concejales hemos decido abandonar la sala, coger nuestras felicitaciones y nuestras buenas intenciones e irnos por donde hemos venido, no sin antes explicarle cuatro verdades a alguna concejal despistada.

Los concejales socialistas no hemos querido provocar más situaciones incomodas para las personas allí congregadas, no hemos querido dar la comida a nuestros mayores y hemos salido de la sala con la cabeza alta, pues hemos intentado hacer lo que debemos como concejales del Ayuntamiento, estar cerca de la gente de nuestro pueblo.

Señora alcaldesa, usted no tiene vergüenza política, no tiene decencia y, por supuesto, no tiene escrúpulos. No sé si ha fijado en las caras de algunas personas cuando ha terminado su discurso, Yo sí. En sus caras se veía claramente sus pensamientos. Va usted por buen camino, señora, el camino de la autodestrucción.

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