Marise
Sánchez Gázquez
Galerista
La
muestra de acuarelas de Chloé van der Mije en La Galería del Mar, en Las
Negras, se inauguró el pasado 7 de diciembre con gran éxito por parte del
público, que adquirió la mayoría de las obras expuestas. La artista,
concienciada con el mundo que le rodea, otorga valor a las pequeñas y efímeras
existencias que nos envuelven, que pasan desapercibidas, que están ahí, pero
apenas reparamos en ellas. Seres vivos que habitan en nuestro mismo planeta,
que comparten con nosotros el día a día, un mismo futuro… y sin embargo,
parecen no existir. Les sobra la humildad, que le falta a los seres humanos.
Una lección más para aprender de ellos.
Las
acuarelas de Chloé van der Mije tienen un trazo íntimo y colorista a la vez;
mezclando el amor y el respeto por la naturaleza con el conocimiento de las
técnicas creativas. De ahí que algunos espectadores, antes de entrar a admirar
su exposición, creyeran de lejos, que se trataba de fotografías marinas.
Acuarelas,
que paso a paso, nos descubren algo más; según comenta Chloé: “he querido que
las personas que se acercan a ver las obras, vayan percibiendo poco a poco
nuevos detalles, cosas que a primera vista no se ven, pero están ahí”. Y
así entra en la dinámica del juego con el público,
haciéndonos ver –tal vez entender- que los seres que habitan nuestro mar,
tienen también una historia de vida que explicarnos, en definitiva, que
compartir con nosotros.
La
muestra se podrá ver hasta el 27 de febrero, ya que aunque gran parte de la
obra inicial se haya vendido, la artista siguió trabajando sobre la vida que
alberga nuestro mar Mediterráneo, y de este modo, poder clausurar la muestra en
la fecha prevista.
Peces de diversas formas, colores y tamaños, nadan entre plantas acuáticas y esa singular luz solar que atraviesa las aguas. Peces que parecen salirse de las acuarelas para seguir su ruta, ya que cómo nos explica Chloé, “no he querido interrumpir, por así decir, las escenas cotidianas de los peces” con lo que nuestra visión de las obras, no es fragmentada, si no que nos imaginamos el resto de paisaje submarino. Unos paisajes nítidos, llenos de colorido y serenidad.
Peces de diversas formas, colores y tamaños, nadan entre plantas acuáticas y esa singular luz solar que atraviesa las aguas. Peces que parecen salirse de las acuarelas para seguir su ruta, ya que cómo nos explica Chloé, “no he querido interrumpir, por así decir, las escenas cotidianas de los peces” con lo que nuestra visión de las obras, no es fragmentada, si no que nos imaginamos el resto de paisaje submarino. Unos paisajes nítidos, llenos de colorido y serenidad.
Las acuarelas, presentadas en diversas dimensiones, reflejan sin duda el respeto y el valor que esta joven creadora, actualmente afincada en Altea, pero vinculada estrechamente al Cabo de Gata, siente por la naturaleza y sus pobladores.
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