Juan
Torrijos
Periodista
Dios
los cría y nosotros los mandamos a los parlamentos a solucionar los problemas
de la sociedad. Son nuestros nunca bien pagados políticos. Esos hombres y
mujeres que hasta mientras duermen están pendientes de nuestras necesidades, sueñan
con nuestras ilusiones. El único inconveniente es que cuando se unen te la
lían. Son capaces de convertir la cámara de los representantes en el mejor odeón
donde el sainete brille como la gran estrella de la política.
La
presidenta de la Junta ,
doña Susana Díaz, acaba de anunciar a los carboneros que del derribo del Algarrobico
va a crear un plan de empleo para el Levante almeriense. ¿Y los del Andarax, qué?
¿Tienen algo que derribar? Deje que me lo piense. Hágalo rápido, pero si no
tienen nada que derribar, no podemos hacer plan de empleo para esa zona de
Almería. ¿Y para el Poniente, y para la capital, y para los Vélez, y para el
Almanzora?
En
el discurso del año que viene lo explica. Ahora resulta que el derribo de un
hotel se va a convertir en el gran plan de empleo de la Junta en Andalucía. Lo novedoso
es que se atreva la presidenta a darlo a conocer en su gran discurso de
inauguración de año.
Si
el único empleo que puede y va a crear va a ser el derribo del Algarrobico, les
veo en la cola del Inem durante muchos años más. La caída del Algarrobico es
cierto que va a crear unos puestos de trabajo durante unos meses, no creo que
muchos, ¿pero después, qué, doña Susana? Una vez que el hotel por ustedes
permitido en su momento (tiene todas las bendiciones y las licencias de las
distintas administraciones) desaparezca del paisaje, ¿a qué se van a dedicar los
vecinos: otra vez al paro?
Plan
y empleo para hoy, mañana y hasta pasado mañana, pero el mes que viene de nuevo
al paro. ¿Ese es el magnífico plan que le propone usted a los almerienses del Levante?
No se han dejado sus asesores las pestañas preparando el discurso. Y encima nos
lo vende desde el púlpito del parlamento andaluz como la gran solución al paro
de la zona.
¿Ha
pensado usted que quizás se tarde aún un par o tres de años en el derribo, lo mismo
más? ¿El próximo año nos vuelve a vender el mismo plan, y al siguiente también,
y al otro? Y mientras, ¿qué hacen los vecinos de Carboneras?
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