Víctor
A. Gómez
El responsable de Cultura de La Opinión de Málaga publica en este medio el artículo que por su interés reproducimos:
El
niño, la próxima película de Daniel Monzón; Vivir es fácil con los ojos
cerrados, lo más reciente de David Trueba, y proyectos como Narcos, Bloody
West, La flor de Lis y Al sur de Guernica están revitalizando los otrora más
cinematográficos paisajes de nuestro país, los de Almería. Hay que añadir otro,
y de lo más interesante, que, además, cuenta con una notable participación
malagueña: hablamos de Almería Collection, una curiosa iniciativa en la que
sobresalen dos nombres locales, la productora MLK y el realizador y guionista
Daniel Martín Novel.
Vivir es fácil con los ojos cerrados |
El
sello de producción de José Antonio Hergueta, en colaboración con Angevine
Production (Francia), Village 42 (Francia) y Pistachio Pictures (UK), ha
encargado a ocho jóvenes directores europeos, entre ellos Martín Novel, un
cortometraje que terminará conformando una película coral con el desierto
almeriense como hilo conductor y con los poblados que antaño sirvieron para
ambientar las peripecias de los mejores spaguettis del western como decorados
imprescindibles.
Ojo, que los encargos no fueron a dedo: se abrió una
convocatoria pública –la iniciativa cuenta con fondos de la Unión Europea – y los
realizadores enviaron sus propuestas, que terminaron siendo elegidas o
descartadas por un jurado de profesionales. «Se trata de enfocar de otro modo
un sitio geográfico europeo excepcional cuya belleza permitió competir con
Hollywood en un género que dominaban los estadounidenses. Se trata de pensar de
otra manera los decorados que la cámara de Sergio Leone había sublimado (El
Bueno, el Feo y el Malo)», comentan los productores franceses del proyecto. Por
cierto, las ocho historias se presentan en la página web
www.angevineproduction.com.
La
pieza de Daniel Martín Novel se titula Indians –Indios–, por lo que puede
leerse en su tratamiento en la citada web, tiene notables dosis de comedia, un
tono que, además, le sirve para subvertir los términos clásicos del western.
Martín
Novel y MLK acaban de zanjar otro proyecto en común, Solsticio, a vueltas con
la vida y la obra del singular dramaturgo Miguel Romero Esteo. La obra, entre
la ficción, la divulgación y el documental, mezcla también mitología con
teatro, romance con investigación, arqueología con combates mitológicos con el
objetivo de acercar la obra del escritor cordobés afincado en Málaga, un
talento insobornable e inclasificable que, quizás por ello, goza del prestigio
intelectual pero no del seguimiento más o menos popular.
Además,
el inquieto Martín Novel tiene pendiente el rodaje de su primer largometraje
enteramente de ficción, Mudo, una coproducción entre España, Argentina y
Bélgica y para la que, en su momento, se contaba con Juan Diego Botto y Ernesto
Alterio. La sinopsis de la película es brutal: un huérfano vive cuidando un
rebaño de ovejas hasta que el dueño de los animales, un traficante de drogas,
se los vende a un viejo granjero; éste abusa y veja al niño, que pronto
comienza a encerrarse en su propio mundo.
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