Antonio
Jesús García
Bloglavidanovalenada.blogspot.com
Paseas
por la zona del Parque, o te acercas al Centro Andaluz de la Fotografía a ver una de
sus siempre interesantes exposiciones, y como quien no quiere la cosa te
encuentras con esa extraña plaza. Aplaudiendo, sin dudar, la idea de dedicar un
espacio a Manuel Falces. Si por algo es reseñable Manolo Falces, aparte de su
labor artística, es por ser el primer, o quizás mejor decir el único, personaje
almeriense que pensó e ideó a lo grande para con su ciudad. Un soñador, un
visionario, que al tiempo que paseaba en bicicleta por Cabo de Gata escuchando ‘Imagine’
de John Lennon, imaginó el proyecto cultural más ambicioso e importante que se
haya desarrollado nunca en nuestra ciudad, el Proyecto Imagina (1990-1992).
Existen
grandes ciudades como Nueva York y sitios así en los que a lo largo del tiempo
numerosos y grandes artistas han trabajado en esa ciudad, pero nunca, en tan
corto periodo, los fotógrafos más importantes del mundo no solo nos visitaron
sino que además crearon una obra en, por y para Almería.
Si
de por sí se nos antojara escaso este legado, y como quien bien siembra bien
recoge, este proyecto se convirtió en la antesala y principal baza a favor para
la concesión del Centro Andaluz de la Fotografía a Almería.
Por
todo ello, repito, resulta más que loable la iniciativa de dedicar un espacio a
tan insigne personaje que contribuya a perpetuarlo en la memoria colectiva,
pero, lo siento, no puedo dejar de experimentar tristeza al pisar esa plaza. De
entrada la idea puede resultar interesante en fase de proyecto: fotos
retroiluminadas por la noche en una especie de urnas fúnebres a nivel de suelo;
pero en la práctica, por la noche, la suciedad acumulada junto a la
condensación de vapor de agua debido a la humedad convierten en tarea imposible
el poder disfrutar debidamente de la obra y, durante el día, no llama la atención,
pasando desapercibida, al margen del deterioro sufrido en las mismas debido a
la exposición lumínica.
Sin
obviar el hecho poco respetuoso de exhibir una obra a ras de suelo en una zona
de tránsito. Desde la cultura paleocristiana se ha evitado la representación de
imágenes en el suelo precisamente por respeto a las mismas y no mancillarlas al
pisar por encima. Una persona tan vitalista y de sonora carcajada como era
Manolo no merece un lugar tan triste, por muy cerca que esté de su Centro
Andaluz de la Fotografía.
Manolo
Falces merece algo mayor, un museo que divulgue su obra, una gran avenida, o
incluso cambiar el nombre al Paseo de Almería si fuera necesario, o a la Avenida de Cabo de Gata. Imagínalo,
como diría Lennon, puedes decir que soy un soñador pero no soy el único.
No hay comentarios:
Publicar un comentario