Joaquín
Jiménez
Portavoz
del PSOE en el Ayuntamiento de Almería
Admitir los errores propios enaltece y atribuírselos a los demás, ofende. Esto, que vale para cualquier aspecto de nuestra vida, tendría que estar escrito a fuego en la agenda de quienes estamos temporalmente dedicados a servir a nuestra sociedad desde el puesto que sea. La admisión de errores, para que sirva de algo, tiene que ir acompañada del propósito de enmienda y de la correspondiente penitencia, sea política, legal o simplemente administrativa.
Sirva este preámbulo para referirme a esas decenas y decenas de almerienses que
han visto embargadas su cuentas por no pagar unas multas de las que no tenían
noticia. Muchos se enteraron de que les habían multado cuando su banco les
comunicó el embargo de su cuenta. Así, sin anestesia ni trámite previo. Para
referirme también a esos conductores que reiteradamente han sido multados por
incumplir las normas de tráfico y aparcamiento y que han conseguido que les
devuelvan el dinero de las multas porque el Ayuntamiento no se las había
notificado adecuadamente.
Así que la ineficacia del alcalde y de sus concejales responsables es evidente y tiene varios frentes. Por un lado, lesiona el derecho del ciudadano a defenderse y recurrir. De otro, perjudica los intereses municipales cuando multas bien impuestas y mal comunicadas tienen que devolverse a los interesados con el pago añadido de 300 euros de costas judiciales en algunos casos.
En el pleno de este viernes, el portavoz del equipo de gobierno ha dicho, sin ser muy consciente, una frase que quedará para los anales. Cuando le tocó el turno de replicar a quien esto escribe, dijo, literalmente: “Sr. Jiménez, no se ponga usted del lado del ciudadano”. Así, sin matices ni explicaciones. Pues claro que me pongo del lado del ciudadano cuando sus derechos se vulneran. O cuando le niegan la compensación del IBI cobrado de más.
También digo que quien infringe las normas, sean de circulación o de aparcamiento, deben ser multado y pagar lo que toque. Es lamentable que los agentes de Policía y los controladores hagan bien su trabajo y luego
Es una negligencia por acción u omisión que revela, además de ineficacia, una tremenda falta de sensibilidad hacia el perjuicio que están causando a muchos ciudadanos, especialmente a aquellos cuya situación económica es más delicada. un solo abuso administrativo es suficiente como para pedir perdón a los perjudicados, cosa que ni ella ni el alcalde se plantean.
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