Antonio García Vargas
Profesor
de Métrica
No
veo diferencias de fondo apreciables entre los agujeros negros del doctor
Hawking y los agujeros negro-negrísimos de nuestros entes oficiales, tanto
almerienses como andaluces y/o nacionales. Bueno, sí es posible que haya una
diferencia “residual”: ¡la de magnitud! Entendiendo por magnitud solo el tamaño
físico de unos y otros “agujeros” objeto de estudio o comparación. En Almería,
concretamente, los agujeros no son galácticos dimensionalmente (pese a su
singularidad), ni generan campos gravitatorios, ni poseen geometría
cuasi-esférica, momentos angulares ni cosas tan raras en su “horizonte de
sucesos”, pero son inasumibles por una ciudadanía que confía todavía (que ya es
confiar) en sus representantes y espera de ellos una mínima parte al menos de
lo que prometieron en tiempo de elecciones.
Stephen Hawking |
Leyendo
un artículo aparecido en ABC y otros medios internacionales sobre el Doctor
Stephen Hawking, en el que se desdecía de sus antiguas teorías sobre los
agujeros negros, hasta el punto de decir prácticamente que estos no existen o,
al menos, que no son lo que se había creído en principio (este señor se expresa
como un político, caramba), no puedo por menos que establecer una relación con
lo que ocurre en Almería, donde los “agujeros negros” de las distintas administraciones
han pasado a ser materia de disquisiciones filosóficas que atentan contra la
integridad emocional del sufrido ciudadano. Se llega a pensar que estos señores
poseen o están al tanto de los pormenores de una ciencia infusa que solo ellos
conocen y que el mundo que habitan es de color distinto al del humano
corriente. La verdad es que la explicación es bastante más simple, pienso, que
la que muestra el monótono lenguaje de estos señores.
Ocurre
en todas las profesiones. Un día, de pronto, la persona llega a su techo y se
estanca. En el caso del creativo o del investigador, si este proceso es agudo e
irreversible, se alcanza lo que el doctor Lawrence J. Peter denominaba “Nivel
de Incompetencia” o “Síndrome de Colocación Final”; en política se le llamaría
de una manera menos metafórica.
En
el caso del Doctor Hawking este proceso de deterioro se inició hace ya tiempo.
En los años 80 él explicaba ya en alguno de sus libros, que se había observado,
a través de potentes telescopios, cómo un agujero negro expulsaba materia a
intervalos y en otras ocasiones se llegó a observar también cómo algunos trozos
de materia escapaban a su atracción incomprensiblemente. Teniendo en cuenta
que aquello se consideraba imposible pues nada podía escapar a su atracción, el
hecho dejó perplejos a todos, sobre todo a Hawking que siempre había mantenido
lo contrario.
Ahora
nos sale con esta "nueva" teoría, a la que llama “horizonte aparente”
y que no dice nada que no dijera ya el denominado “horizonte de sucesos”. Para
hacerla más atractiva, la enlaza y mezcla con un antígeno como es la la
teoría cuántica, que no muestra nada que podamos ver porque está fuera de
nuestra capacidad de visión y de percepción y donde todo cuanto ocurre es
imposible de verificar, al producirse en mundos infinitesimales, y donde solo
la intuición está encontrando, pasito a pasito, señales aunque invisibles.
Lo
que quiero reflejar tras leer esta explicación “política” para salir del paso
por parte del insigne científico, es que no difiere apenas de lo que ya
mantenía él en los 80 y esto me hace pensar, aunque ya lo intuía desde hace
décadas, que sus aportaciones al mundo de la Ciencia habían concluido y que se dedicaría a
vivir de las rentas (de las experiencias acumuladas), o lo que es igual: Hawking,
como tantos y tantos otros, en sus distintos campos y funciones, había llegado
a su nivel de incompetencia, a partir del cual es difícil que se vuelva a
realizar o llegar a observar algún hecho trascendente. Ya le ocurrió también
algo parecido a Einstein en su momento.
De
todos modos, tiene su mérito lo realizado por este científico, ya que apenas
con 20 años le pronosticaron que su enfermedad era irreversible y que
difícilmente llegaría a los 25 o 30 años de edad. En el caso de nuestros
políticos, al menos hasta el presente, el currículo pasado, aun teniendo hechos
manifiestamente positivos en su haber, no alcanza a compensar la falta de
voluntad manifiesta a la hora de amar CON HECHOS, no solo de palabra, así como
de proteger y defender a capa y espada los intereses de la ciudad que les ha
confiado por entero la gestión municipal, provincial, autonomista y/o nacional,
de sus problemas más urgentes.
Espero
que, cuando menos se espere y aunque sea en un arrebato circunstancial,
nuestros representantes demuestren a la ciudadanía que está equivocada y que
ellos, los políticos locales sobre todo, son unos zagales estupendos.
El
artículo sobre la “nueva teoría de Hawking fue publicado en ABC (entre otros)
hace unos días:
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