Antonio Lao
Director de Diario de Almería
LA designación de Juan
Manuel Moreno Bonilla como futuro presidente del Partido Popular de
Andalucía, a pesar de lo que nos quieran vender, ha tenido en esta provincia un
claro ganador, el actual presidente de la Diputación y del partido, Gabriel
Amat. Y muchos perdedores, que nada más conocerse el dedazo de
Rajoy se sumaron al carro, con mejor o peor cara, pero como se dice en estos
casos, "m... el último".
Edición de hoy de Diario de Almería |
Como muy bien definía mi compañero Carlos
Navarro Antolín el pasado jueves en un magistral artículo de opinión en este
diario, "en política todos se pelean por la herencia y nadie le reza al muerto".
Será por eso que los parientes políticos son los que siempre la lían a última
hora en las notarías.
En la provincia de Almería, unos cuantos
dirigentes populares -obviaremos por el momento nombres, pero ellos saben
quienes son- llevan meses urdiendo una trama para asaltar el poder que ostenta
Amat. Una trama soterrada, con reuniones, contactos y charlas en voz
baja, con el único objetivo de lograr la defunción política del que es el
presidente que unió el partido en tiempos complicados, como fue la salida de
Juan Enciso y Pepe Añez y aquel que alcanzó el mayor número de
alcaldías para esta fuerza política.
Grabié, como Javié,
es mucho Gabriel y ha trabajado durante este tiempo como un lince, en
silencio, conocedor de cada paso que daban aquellos que lo enterraban y se
alegraban por las noticias que surgían en su contra, para resurgir como el
Ave Fénix y situarse a la derecha de Juan Manuel Moreno, como uno
de sus apoyos más claros. Es lo mismo que decir, que siempre estuvo con
Javier Arenas, nunca dejó de estarlo. Y ahora, en la nominación, aparece
como claro vencedor frente a aquellos que han salido en tromba a sumarse al
carro del malagueño. En política sucede que todos hacen la mudanza con la misma
celeridad que despachan una tapa en un bar, pero desconocen que los errores o
adhesiones a la ligera siempre se pagan.
En las próximas semanas, pese a
la unanimidad a la búlgara que se vivirá en el congreso de Sevilla, veremos como
algunos quedan descolgados. Con otros muchos se esperará a las elecciones
municipales para que, sin saber como, acaben laminados y relegados al ostracismo
más absoluto. Todos iban matando al padre, preparando la corona floral de los
que no te olvidan y hablando de su figura con la compasión que inspira el que ya
sólo tiene la mirada para implorar la compasión de sus hijos. Pero ignoraban que
el toro malherido sigue teniendo pitones y se levanta con violencia, con furia
desmedida. Gabriel lo ha hecho.
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