Mónica
Ureta
Periodista / El
Correo de Andalucía
El PP andaluz arrancó ayer de forma insólita la sucesión de Juan Ignacio Zoido. Por primera vez los populares convocaron un congreso extraordinario, que se celebrará en Sevilla el 1 y 2 de marzo, sin señalar a un candidato. Nunca había ocurrido algo así ni estaba previsto. La hoja de ruta diseñada por Zoido y la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, era clara: lanzar en
Los 'arenistas' podrían estar peleando por Crespo como nº 2 |
A Rajoy
volvieron a saltarle las alarmas sobre la falta de consenso interno en torno a
Sanz, una versión que muchos apuntan a que le dio directamente Javier Arenas.
De hecho, la guerra abierta que mantienen Arenas y Soraya Sáenz de Santamaría
por ganarle el pulso a Cospedal está detrás de este espectáculo que muchos
califican de «bochornoso» y que ha sumido al partido en el desconcierto.
La
lectura más extendida es que el hecho de que no saliera ayer ningún nombre de
candidato responde a un nuevo golpe en la mesa de Rajoy y supone una victoria
de Arenas sobre Cospedal. Aunque el entorno del que durante dos décadas ha
dirigido con mano de hierro el destino del PP-A niega que esté maniobrando,
fuentes del partido le achacan movimientos de última hora para evitar perder el
control de la organización andaluza.
En declaraciones a los periodistas, Arenas
quiso dejar claro que por todos los años que ha sido presidente regional, está
obligado ahora a «no tener ninguna participación» en la sucesión. «Lo que hago
es ayudar cuando me lo piden», añadió. Sin embargo, Zoido, que es amigo íntimo
de Arenas pero que hace tiempo que se alineó con Cospedal, le lanzó una puya.
Dijo que el próximo presidente del partido siempre lo va a tener «a su
disposición» pero «lo suficientemente lejos como para evitar injerencias en su
gestión».
Arenas sigue contando con la confianza de Rajoy y nadie duda de que
el presidente ha escuchado al exlíder andaluz para tomar la decisión de
paralizar de nuevo el nombramiento de Sanz. A Rajoy le gusta repartir juego en
su equipo, de ahí que el difícil equilibrio de poder entre dos viejos enemigos,
Cospedal y Arenas, provoque serios tirones en el PP.
Pero
lo que está pasando en el PP-A es un vodevil sin precedentes en una
organización que presume de cuadrarse ante decisiones importantes. La Junta Directiva de
ayer concluyó sin nombres y solo sirvió para despedir a Zoido. Un rato antes,
el alcalde de Sevilla, Sanz y Cospedal almorzaron en el Hotel Ayre con los
presidentes provinciales y, según fuentes presentes en la comida, ni la
secretaria general ni nadie más puso sobre la mesa un nombre.
El almuerzo,
dicen, fue «cordial» y sin voces críticas sobre la sucesión, y eso que desde Cádiz
y Málaga nunca han aprobado cómo se está llevando a cabo el proceso, sin escuchar
a las provincias, critican. En la reunión de la Junta Directiva
nadie quiso tomar la palabra aunque se dio esa posibilidad.
La
secretaria general hizo una llamada al consenso en el almuerzo y los
presidentes provinciales han asumido el encargo. Desde ahora hasta el día 12,
que acaba el plazo para presentar candidaturas al congreso, se abrirá un
periodo de «negociación» que debería concluir con una «lista única de
consenso». ¿En torno a Sanz? Casi todas las fuentes consultadas lo dieron por
hecho pero también insistieron en que «todo está abierto».
Otro sector del
partido reiteró que Génova quiere evitar la imagen del «dedazo». Cospedal
aseguró en su intervención abierta a la prensa que el del PP-A será el
«congreso más democrático de ningún partido» y que la formación «no está ahora
en el debate de las personas, sino en su proyecto para los andaluces». «Tenemos
muchos nombres propios, con mucho talento y mucho amor por Andalucía»,
apostilló. Estas tres ideas resumen lo que Cospedal habló del congreso del PP-A
en su esperado discurso. El resto lo dedicó a criticar a la presidenta
andaluza, Susana Díaz, y a vender la recuperación económica.
No
se puede dar por seguro que el secretario general del PP-A vaya a presentar su
candidatura ni que ésta sea la única. Su principal rival es la ministra de
Empleo, Fátima Báñez, quien, por otra parte, no quiere en absoluto este encargo.
Báñez sería la apuesta de Rajoy y del sector arenista, o sea, del líder del PP
de Cádiz, Antonio Sanz.
Málaga sigue pujando por Juan Manuel Moreno, número dos
del Ministerio de Sanidad. La intención de las provincias es llegar al cónclave
con una sola voz. «Algo distinto sí sería escandaloso», admiten las fuentes. La
madre del cordero en esa negociación no solo está en el futuro presidente y
candidato a la Junta ,
sino en quiénes
le acompañarán en la nueva cúpula popular. Los arenistas podrían estar
peleando por colocar de número dos a Carmen Crespo, delegada del Gobierno en
Andalucía, y dejar ese puesto libre para alguien de su confianza.
El
escenario está aún muy abierto y nadie puede aventurar cómo se cerrará la
esperpéntica sucesión de Zoido un año y medio después de que asumiera a
regañadientes el testigo de Arenas. «Mi misión, que acepté con condiciones,
termina aquí». Ahora tendrá que apuntalar su mayoría en el Ayuntamiento de
Sevilla, erosionada por su doble responsabilidad.
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