Entre la pancarta y la irracionalidad

Simón Ruiz
Redactor-Jefe de La Voz de Almería

Dos no se pelean si uno no quiere. El eterno conflicto entre dos administraciones, Ayuntamiento de Almería y Junta de Andalucía, a cuentas de la rehabilitación de la Plaza Vieja ha tenido esta semana un capítulo de esos que, por el bien de la inteligencia humana, merecería la pena olvidar cuanto antes.

La pancarta
Tanto el alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador (Partido Popular), como la consejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés Ruiz (Izquierda Unida), parecen haberse enrocado en un cruce de acusaciones, declaraciones y cartas que en nada ha ayudado a que el conflicto se solucione en un breve plazo, salvo que la racionalidad política impere entre los partidos e instituciones antes de que llegue la campaña electoral de las europeas.

Compareció el alcalde de Almería a primeras horas de la mañana del pasado jueves para ofrecer a la Junta de Andalucía la posibilidad de comprarle el proyecto de la segunda fase de la rehabilitación de la Plaza Vieja para que una obra, prometida incluso para los fastos del 2005, no siguiera eternizándose en el tiempo. A la misma hora que Luis Rogelio Rodríguez-Comendador hacía esas declaraciones, la consejera cogía el vuelo de Sevilla a Almería y, por el camino, pensaba que quizá había llegado el momento de poner fin a tantas disputas y le ofrecía al regidor sentarse en una mesa y desbloquear el conflicto.

Esa misma propuesta la podía haber pensado Elena Cortés días antes y aprovechar su estancia en Almería el jueves para entablar un diálogo directo, un vis a vis, con Rodríguez-Comendador. Pero no. Quizá para Izquierda Unida y el PSOE sea mejor mantener durante unas semanas más la tensión por la Plaza Vieja. Pero no. Quizá para el Partido Popular sea mejor mantener durante unas semanas más la discrepancia política.

¿Tan difícil era para ambos reunirse a mediodía el pasado jueves en Almería? Dos no son pelean si uno no quiere. Dos se juntan a hablar si los dos quieren. Dicho queda. El episodio de la Plaza Vieja, al que aún le quedan muchas páginas por escribir, no es sino un ejemplo más de cómo se enrocan los conflictos hasta límites insospechados.

Hace muy pocas fechas, también con la consejera de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía como una de sus protagonistas, en Almería tuvimos que hablar largo y tendido de la posibilidad de la suspensión de las comunicaciones aéreas entre Almería y Sevilla. Otra vez se asistió al cruce de argumentos para que la Junta de Andalucía defendiera su gestión política en este asunto y para que la ministra de Fomento, Ana Pastor, cargara toda la responsabilidad sobre Cortés.

El vuelo se salvó in extremis, pero ¿a qué precio? ¿Hubiera ocurrido lo mismo si en la Junta de Andalucía y en el Gobierno de la nación estuviera al frente la misma formación política? Son muchos los que piensan que la respuesta en este caso sería negativa. Por eso mismo, bien le vendrían a los intereses generales de la ciudadanía almeriense que el
ventajismo político quedara soterrado.

Plaza Vieja y vuelo a Sevilla son solo dos elementos de confrontación que han venido a demostrar que, a veces, la irracionalidad se impone al sentido común. Que, a veces, se piensa más en la cita electoral más inmediata que en resolver un problema enquistado desde hace años o un asunto que se puede resolver con la simple firma de una ministra o una consejera.

Esta misma semana, en la sede del Ministerio de Fomento, han sido varios los representantes políticos que han presionado para que la promesa del soterramiento en Murcia sea cumplida con todas las letras del acuerdo que se firmó en su día. El efecto Gamonal ha llegado hasta la vecina región. Fomento parece dispuesto a cambiar de planes y a retomar el soterramiento prometido.

Un martes sí y al otro también, la Plataforma Prosoterramiento murciano sale a la calle para manifestarse. Han conseguido el apoyo del presidente de la comunidad, Ramón Luis Valcárcel, y del alcalde, Miguel Ángel Cámara, ambos del Partido Popular y ambos en posiciones de defensa de sus ciudadanos ante el Gobierno de la nación. El tiempo dirá si Murcia tiene o no soterramiento integral. Mientras tanto, ¿puede alguien decir si en Almería sigue una plataforma formada para la misma causa?

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