José
Fernández
Periodista
En
Almería, la mejor radiografía de la Andalucía de este nuevo 28-F no la trazan los
discursos oficiales y partidistas de la presidenta de la Junta cuando se pone en plan
“Andalucía soy yo”, ni tampoco el amargo quejío del andalucismo laminado. Mucho
menos la ponen los programas especiales de Canal Sur, a mitad de camino entre
el chirigoteo regional y el documental justificativo.
El
diagnóstico sociológico de la cosa andaluza en nuestra provincia se resume con
una palabra: desinterés. Y mientras que la indiferencia almeriense por tan
señalada fecha es acogida con displicencia en Sevilla, en la vecina provincia de
Murcia esta “fiesta” almeriense se saluda con bastante interés.
Y es
que allí no pasa desapercibido que el modo que tienen muchos almerienses de
celebrar el día de su comunidad es salir de Andalucía a gastar dinero en
cadenas comerciales que no tienen o, mejor dicho, no pueden tener en su provincia.
Y esto es así porque para la
Junta de Andalucía la distribución de centros comerciales ha
tenido y tiene un valor más político que económico.
Si
no lo puede inaugurar un alcalde del PSOE, no hay gran centro comercial que valga.
Así que no sólo ya es primavera en Murcia, sino que también la república
independiente de
las casas almerienses se nutre hoy de las ofertas especiales en mobiliario con
sello sueco y tornillería incomprensible.
Copio
a continuación el anuncio que una conocida cadena ha lanzado expresamente para
Almería: “Este viernes 28 en IKEA Murcia queremos celebrar el día de Andalucía
con todos vosotros abriendo nuestras puertas para ofrecer cientos de novedades
y ofertas especiales. ¡Qué suerte que aquí no es festivo! Además, os lo ponemos
fácil con una nueva tarifa de transporte, mucho más accesible. ¡No tenéis
excusa!”.
Pues
no; no tenemos excusa. Tenemos lo que no nos merecemos.
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