Diego
Cervantes
Profesor
de la UAL
El Gobierno
de la Diputación
de Almería es a la vez la oposición al Gobierno de la Junta de Andalucía. Camufla
su única obligación de gobernar con cualquier pelea con tal de obtener réditos
electorales. Las actuaciones de la última semana del vicepresidente, ante el
antiguo Hospital Provincial, dejan a la institución al borde del ridículo. Su
comportamiento está más cercano al de un casero implacable que acusa a su
inquilino que a un segundo de a bordo en el Gobierno de una institución.
Javier Aureliano García, vicepresidente de la Diputación, con el montón de llaves |
Es
lamentable escuchar a D. Javier quejarse de que su inquilino le ha dado las
llaves sin etiquetas y que le causó el enorme problema de “mandar a técnicos de
la Diputación
a que las identifiquen perdiendo cuatro horas…”.
El motivo
de su comparecencia pública era la queja sobre el estado del edificio,
patrimonio histórico de la ciudad de Almería, del que nadie se ha
responsabilizado nunca en recuperar, incluido él mismo y su partido, el PP.
El
Hospital Provincial es propiedad de Diputación. Hoy utiliza la Consejería de Salud una
nueva construcción en la mitad no protegida. El resto, de mayor valor
histórico, estuvo destinada por la Diputación como Asilo de ancianos hasta su
traslado a la actual Residencia Asistida del Mamí, esa que ahora quieren
eliminar y que tanto le gustaba al alcalde.
Nadie
usa esa zona. La mayor responsabilidad de no recuperar un edificio tan singular
le corresponde al propietario, sin olvidar el desinterés manifiesto de la Consejería de Cultura.
Desde diversas instancias se propusieron diferentes usos públicos, desde ser
sede del Rectorado hasta Centro de la
Uned , sin que la institución, unas veces gobernada por el
PSOE y muchos años por el PP, hiciera el menor caso. Para colmo, quieren implicar
a la justicia para tapar sus vergüenzas.
Pero
al margen de las responsabilidades que el pueblo de Almería tiene muy claro y que
lógicamente caen sobre todos los que han gestionado el edificio, es necesario
reflexionar sobre el comportamiento de muchos políticos en ejercicio que
confunden la lucha partidista normal en toda democracia con el enfrentamiento entre
instituciones que no responde a ningún modelo civilizado.
Los
gobiernos están para gobernar a toda la ciudadanía, tanto a los que le votaron
como a los que no. Por eso un gobernante como D. Javier no puede enfrentarse contra
otra institución de forma tan burda, porque estará usando el poder que tiene de
todos los ciudadanos contra los que representan lo mismo. Lo sabe su presidente,
D. Gabriel, que no entra en esos debates pero usa a su lacayo para que se
embarre del todo.
La misión
de oposición le corresponde a su partido, D. Javier, a sus parlamentarios que
usted sabe donde están, buscando poder interno en Sevilla. Usted sabe que en su
partido quien
sube se separa de Almería y ¡ahí se queden ustedes! Le pasa lo mismo al alcalde
de Almería, que para reivindicar que terminen la Casa Consistorial
tiene que comprar una pancarta con el dinero de todos los almerienses y ponerla
en la fachada.
Mal
asunto, Sr. vicepresidente y Sr. Alcalde, si ustedes no tienen un partido detrás
que haga esa labor. Y encima, muchos aparecen recibiendo sobres en Beeeeee.
Por primera vez llevas razón, va a quemar políticamente a Javier Aureliano igual que está quemando a Eloisa Cabrera. Estos no van a durar tanto como José María González Fernández.
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