Antonio Fernández
Periodista
Alfredo
Márquez ve la luz después de cuatro años y tiene más cerca su mayor anhelo,
recuperar a su hija Ximena, en poder de la familia de su mujer en México que
hasta ahora ha eludido la acción de la Justicia y mantiene retenida a la niña. Es el drama que vive este almeriense de Berja que en el año 2005 se marchó a
trabajar a México.
Alfredo nunca podrá recuperar a su esposa, pero sí a su hija Ximena |
Allí encontró el amor y tuvo una hija, Ximena. Pero la vida
fue cruel con él y en enero de 2009 perdía a su mujer, hospitalizada en
Barcelona aquejada de una leucemia, y ni siquiera encontró el consuelo de su
hija puesto que su cuñada, Cristina Cavazos, se la llevó sin su consentimiento
a México y, desde entonces, permanece en poder de los abuelos maternos y la
propia Cristina, que han recurrido a todo tipo de maniobras para no devolverla
a su padre.
Pero ahora se abre de nuevo la esperanza. L
Esta
última sentencia condena a Cristina Cavazos a tres años de prisión, al pago de
indemnizaciones a Alfredo Márquez y la inhabilita para el ejercicio de
“tutela, curatela, guarda o acogimiento” por un periodo de 7 años, para
garantizar la protección de la menor hasta que alcance la mayoría de edad.
Pero si la condena de la tía que se llevó a la niña es un hecho relevante en este complejo caso, quizá la parte de la sentencia que mayor alegría causa al padre de Ximena es la que ordena, literalmente, “la inmediata restitución de la menor y el reintegro de la misma a la custodia paterna”, es decir lo que Alfredo Márquez ha estado persiguiendo en los cuatro últimos años.
El
contenido de la sentencia se hará llegar a las autoridades judiciales mexicanas
para que procedan a la ejecución de la misma, sobre todo en lo que se refiere a
la restitución de la patria potestad de Márquez sobre su hija. La familia
espera que esa tramitación sea lo más rápida posible, porque cuando se llevaron
a Ximena aún no había cumplido los dos años y ahora ya tiene siete.
Unos pocos meses más no parece mucho tiempo comparado con esos más de cuatro años de sufrimiento y de espera, pero a Alfredo Márquez y su hermana Loli, en Almería, se les pueden hacer eternos porque después de tanto tiempo peleando en los tribunales y sometidos a una tremenda presión, cualquier tiempo añade más dolor.
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