Almerienses en Cataluña: entre el sí y el no

Simón Ruiz
Redactor-Jefe de La Voz de Almería

Las dos posturas irreconciliables que ayer quedaron reflejadas en el Congreso de los Diputados en torno al ‘tema catalán’ tienen su reflejo en la nutridísima población de almerienses que residen en Cataluña.  Los oriundos de la provincia -emigraron a miles en las décadas de los 60 y 70 en busca de trabajo y vida mejor- o sus descendientes se dividen entre los que apoyan la celebración de la consulta soberanista y los que consideran esta opción un error de consecuencias impredecibles para el futuro de los catalanes. Exactamente como ocurre entre Cataluña y el resto de España.

Susana Díaz y Artur Mas
“Esto está polarizado”, describe el ilustrador Bernardo Muñoz, nacido en Lubrín pero residente en Cataluña desde los tres años. Muñoz vivió de niño en el cinturón metropolitano de Barcelona (Rubí) y actualmente en la capital y cree que es difícil entender la situación desde fuera: “Hay opiniones prejuiciadas, y lo que está ocurriendo es que cada vez que desde fuera se hacen comentarios negativos, las posturas se hacen más firmes”. En su caso, es partidario de que se celebre la consulta. De igual manera, Antonio Felices, médico y concejal socialista en Mollet del Vallés, es de la tesis de que “si la gente quiere votar, pueda hacerlo”, en la línea que defiende una parte del PSC.

“Todos somos parte del problema”, argumenta este nacido en Barcelona de padres oriundos de Pechina, quien reprocha al Gobierno que haya hecho de la lengua y la cultura catalanas “temas incendiarios”. Felices echa en falta una figura institucional respetada por todos que facilitara un acercamiento.

Diferente es la postura de emigrantes que llegaron a Cataluña con más edad. José García Galera, de Lucainena, médico jubilado, con 91 años, 60 de ellos en Cataluña, cree que el asunto se ha “fanatizado y exagerado”. En su opinión, la consulta no puede celebrarse “porque es ilegal”. “Hay más ruido que fondo”, sentencia.

Francisco Gutiérrez Latorre, presidente de la Casa de Almería en Barcelona, insiste también -a título personal- en la ilegalidad de la pretensión del referéndum y subraya que el debate se está viviendo de forma tranquila. “La mayoría de los catalanes apuestan por la concordia y por el diálogo”, recalca.

La presencia de almerienses en la vida política catalana no es excepcional. El alcalde una importante localidad como Salou es de Albox. Pere Granados Carrillo no se ha pronunciado ni a preguntas de La Voz ni de ningún otro medio. Quizá porque en su equipo de Gobierno confluyen todas las sensibilidades en torno al debate. Granados es independiente pero concurrió en las listas de CiU.

En Cataluña también hay importantes empresarios de origen almeriense. Manuel Lao (Cirsa), natural de Doña María, elude pronunciarse sobre el desafío soberanista. Pedro Navarrete (ex director de Sony España), oriundo de Albox, cree que lo más importante es que las dos posturas abran el diálogo dejando de lado el plano emocional para buscar otro racional que permita desbloquear la situación.

Juan Martínez, un alhameño técnico de empresa ya jubilado que fuera también concejal socialista en Sardanyola del Vallés durante 16 años, también subraya la crispación que rodea a este asunto. “El enconamiento es muy fuerte, los que somos emigrantes no queremos la consulta soberanista, yo diría que en un 70% es así, pero hay un tanto por ciento elevado de los que ya han nacido aquí que sí lo tienen más interiorizado. Yo apuesto por el federalismo”, recalca.

Natural de Alhama también, Francisco Pascual es contundente en su opinión: “Ni es ni quiero que sea independiente, Cataluña es una región de España”. Y añade: “Los que piensan que el día después de una consulta soberanista está solucionado, a ver de dónde iban a sacar el dinero, si la Generalitat está en la miseria”.

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