José
Fernández
Periodista
Si
alguna vez los políticos pudieran hacer abstracción de las cargas ideológicas con
las que, libremente, se presentan para recibir el voto de los ciudadanos y
representarlos durante cuatro años en las instituciones y en los foros
democráticos, creo que todos saldríamos ganando. Hago esta reflexión después de
comprobar la total ausencia de representantes de la oposición municipal
almeriense (PSOE-IU) en los actos de esta Semana Santa.
Viernes Santo |
Aclarando
que la asistencia de los concejales a los desfiles procesionales de las
diferentes cofradías es una cuestión personal que está al margen de los
protocolos y obligaciones institucionales y que está más ligada al capítulo de
los afectos, las creencias y la cortesía, hay un acto oficial (la procesión del
Viernes Santo) en donde la Corporación Municipal de Almería desfila
formalmente bajo mazas.
Es
decir, que el político que libremente se presenta para ser elegido como concejal
del Ayuntamiento de Almería tiene el deber de participar en ese acto en el que
representa a toda la sociedad almeriense. Una obligación inherente al cargo por
el que cobran, que habitualmente se cumple en Almería y que este año han
incumplido los concejales del PSOE y de IU, enfrascados últimamente en un
pintoresco derby por alcanzar las cotas más llamativas del postureo progre.
Y
así, al mismo tiempo que aprovechan para mostrar su displicencia con la
institución en la que trabajan, su desdén por las tradiciones almerienses y su
desprecio por la cultura religiosa popular, se toman unos días de vacaciones
con motivo la Semana
Santa. Progres, pero no idiotas.
Ya ven
que el peso de la ideología convierte en ocasiones a personas razonables en
maniquíes de marca y en costaleros del gesto. Pero cuando se es concejal y se
cobra cada mes como concejal, se debe ser concejal incluso cuando no gusta ser
concejal.
Por esto y otras muchas cosas se hace necesario una reforma urgente de la Ley Electoral y entonces se votaría la persona adecuada, preparada y que fuera de nuestra confianza, pero al BIPARTIDISMO no le interesa y eso lo sabe el periodista que nos ocupa.
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