Juan
Torrijos
Periodista
Creo
que es de justicia recoger aquí que Sonia Rodríguez ha dejado de estar imputada
por el Caso de los Cheques cobrados, hasta llegar a los trescientos mil euros,
cincuenta millones de pesetas, en la delegación de Medio Ambiente de la Junta en Almería. Y es de
justicia porque en su momento el nombre de Sonia Rodríguez, ex-delegada, se
unió al de Clemente García como presuntos autores responsables de aquellos
cheques que hicieron desaparecer un dinero que pertenecía en un ochenta y cinco
por ciento a los Ayuntamientos afectados por la caza.
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| Sonia Rodríguez |
El
juez instructor ha decidido que Sonia salga de la causa, por lo que la
imputación desaparece, y repito, de justicia es que le demos toda la publicidad
posible para que su nombre quede limpio ante un suceso como el que comentamos. Nunca
va a ser suficiente, lo sé, pero pongamos cada uno de nuestra parte para que
así sea.
No
vamos a negar que los meses han debido ser muy duros y que deben ser difíciles de
olvidar los momentos vividos. Ahora pedimos disculpas, decimos que Sonia ya no
está imputada y nos dedicamos al otro gran protagonista: Clemente García. ¿Y si
el señor García resultara al final inocente? ¿A disculparse otra vez?
¿No
creen que los almerienses nos merecemos una justicia más dinámica, más rápida
en definitiva? Dicen en el TSJA que somos la segunda provincia con más retraso en
la aplicación de la justicia, que Almería necesita doce nuevos jueces. Muy bien,
que los pongan. Que quiten unos cuantos de los miles de políticos que pululan
por autonomías, diputaciones, senado y ayuntamientos sin hacer nada y nombren
más jueces.
Lo
que no se puede admitir es que los ciudadanos paguemos ese retraso que al final
la convierte en soberana injusticia. El nombre de Sonia Rodríguez debió quedar hace
mucho tiempo fuera del caso y la sentencia sobre la inocencia o no de Clemente García
haberse pronunciado ya.
Pero
ahí estamos, a la espera no sabemos de qué ni para qué. Ponemos en solfa a los
políticos, generalizamos sobre ellos y la corrupción galopante, y cuando llegan
situaciones como la vivida por Sonia no podemos por menos que lamentar algunas
de las generalidades que sobre ellos vertimos.
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