Antonio
Avendaño
Director
de Andaluces Diario
No llegó la sangre al río. Anoche, pasadas la 1,30 de la madrugada, el PSOE e IU rubricaron un acuerdo de continuidad del pacto de Gobierno en Andalucía. Reproducimos a continuación la crónica publicada por el director de Andaluces Diario, Antonio Avendaño:
Las
reuniones del jueves duraron cerca de doces horas y las de ayer rozaron las
cinco. El encuentro del viernes entre los representantes del Partido Socialista
y de Izquierda Unida duró menos tiempo pero fue más provechoso. Al término de
la cita, el secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, dijo estar
“satisfecho” de los “avances” producidos, mientras que el coordinador de la Ejecutiva de IULV-CA, José
Manuel Mariscal, aseguraba antes a los medios que “aún quedaban flecos” y que
“pronto habría noticias”.
Maíllo y Díaz / Foto: El Correo |
Dos
horas y media después, hacia la una y media de la madrugada se comunicaba oficialmente
que ambas partes habían llegado a un acuerdo que salvaba la crisis más grave
sufrida por el Gobierno andaluz desde su formación, hace dos años. La
presidenta de la Junta
de Andalucía, Susana Díaz, firmaba un nuevo decreto de devolución de las
competencias de vivienda da la Consejería de Fomento y Vivienda.
Si
la mañana había empezado con los peores augurios al conocerse la convocatoria
urgente de la dirección política de Izquierda Unida para evaluar la crisis, por
la tarde las cosas empezaron a cambiar cuando la delegación de IU acudía a la
cita con sus socios de Gobierno con una valiosa información que hasta entonces
estos habían reclamado en vano: la copia del expediente administrativo de
realojo de las familias. Precisamente uno de los desencadenantes materiales del
decreto firmado por la presidenta arrebatando las competencias de vivienda a
Fomento fue la resistencia de este departamento a facilitar a Susana Díaz la
información sobre las familias desalojadas de la Utopía y realojadas en
viviendas públicas.
El
clima de pesimismo empezó a despejarse ayer sobre todo a raíz de que
Fomento rebajara sus pretensiones iniciales: las 22 familias de la Corrala Utopía que
inicialmente había que realojar se quedaban al final en ocho, que es el número
de las efectivamente reubicadas en estos momentos. Así lo explicitaba en la
tarde de ayer una nota oficial de la Consejería de Fomento, dirigida por IU, de la que
había desaparecido toda referencia a otras nueve familias más que también iban
a acceder a un alojamiento en alquiler, según habían dicho por la mañana
diversos portavoces de Izquierda Unida, en cuyo caso la suma total tampoco
habría sido 22, sino 17. Aun con todo, Fomento no podría haber realojado a
estas nueve familias dado que ya no tenía competencias en vivienda, tras el
decreto de la presidenta Susana Díaz asignando la titularidad de esas materias
a la Consejería
de Hacienda y Administración Pública, en manos de la socialista María Jesús
Montero.
OCHO
FAMILIAS, TRES DISCAPACITADOS Y SEIS NIÑOS
Era
precisamente el departamento que dirige Montero quien estaba evaluando ayer si
las ocho familias cumplían alguno o los dos requisitos para conservar el
alojamiento provisional asignado por la consejería que dirige Elena Cortés:
estar en riesgo de exclusión social o tener a su cargo menores o dependientes.
Según ha sabido andalucesdiario.es, en esas ocho familias hay tres
discapacitados y seis niños. Una vez concluido su informe, Hacienda lo
remitiría a los servicios sociales del Ayuntamiento de Sevilla, como es
preceptivo: si todas las familias cumplen los requisitos “se quedarán donde
están; si no es así, tendrán que salir”, dijeron a este periódico fuentes
cercanas a la presidenta.
Fuentes
conocedoras de la marcha de la negociación se mostraron, a preguntas de
andalucesdiario.es, optimistas: “Esta noche [por anoche] se salva el pacto de
gobierno, pero dentro de la ley”. El gran caballo de batalla de las
discrepancias entre los dos socios de de la coalición de izquierdas ha sido
precisamente la legalidad, aunque PSOE e IU no parecían interpretarla con el
mismo rasero: mientras la coalición ha recalcado una y otra vez su plena
convicción de que los realojos eran perfectamente ajustados a la ley y que las
22 familias estaban en riesgo de exclusión social o tenían niños, desde el
palacio de San Telmo se albergaban muchas dudas y bastantes sospechas sobre el
perfil socioeconómico real de algunos los desalojados. El hecho de que
finalmente las familias reubicadas en viviendas públicas hayan sido ocho y no
22 indicaría que las sospechas de Presidencia tenían algún fundamento.
UNA
CUESTIÓN DE CONFIANZA
Entre
los flecos que quedaban pendientes de resolver hacia las once de la noche
figuraba el formato en que Fomento tendría que rectificar o entonar algún tipo
de mea culpa que, sin humillar al departamento de Cortés, dejara claro ante la
opinión pública que era Fomento quien había cometido errores en la gestión de
este conflicto. Tampoco ha trascendido si la recomposición del pacto de
Gobierno -suspendido provisionalmente por IU, aunque nadie supiera muy bien qué
significaba exactamente esa suspensión- acarreará alguna dimisión en la Consejería de Fomento.
Lo que es evidente, en todo caso, es que la confianza de la presidenta Díaz en
su consejera de Fomento y Vivienda ha quedado muy deteriorada: de hecho, ambas
no han llegado a hablar en ningún momento desde que se desató la crisis, y ello
a pesar de que las relaciones personales entre ambas siempre han sido
cordiales.
Aun
recompuesto el pacto de Gobierno, las cosas no volverán a ser igual. Esta
crisis va a dejar heridas y recelos en ambas partes. Si el entendimiento de la
presidenta Díaz con su vicepresidente y excoordinador regional de IU, Diego
Valderas, o con el portavoz parlamentario, José Antonio Castro, es muy fluido,
no parece ocurrir lo mismo con el nuevo coordinador regional Antonio Maíllo, a
quien los socialistas atribuyen parte de la culpa de lo sucedido y al que en
privado reprochan que fuera a Plaza Nueva a “hacerse la foto” con los
desalojados la noche del miércoles cuando les fueron entregadas las llaves de
sus alojamientos provisionales.
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