Antonio
Sevillano
Historiador
Afortunadamente,
la tolerancia y educación cívica dista hoy mucho de quienes en 1931
contemplaban el discurrir de la
Virgen de la
Soledad por calle Real esquina al Lugarico (plaza Masnóu),
delante del bar La
Macarena. Sucedió que al intentar un hombre cantar una saeta
desde la acera, el trono de la
Virgen no se detuvo hasta cien metros más abajo. Entre otras
razones, el hermano mayor alegó la angostura de la vía y el existir en la zona
casas de putas. Aquello fue Troya: confusión, carreras, cirios que vuelan…
La
actual calle del Alcalde Muñoz evidentemente es muy distinta a aquella. Aquí
radican tres concejalías en la que fue Casa de Socorro y antes sanatorio del
Dr. Sobaco Monroy, uno de los escasísimos proyectos firmados por el arquitecto
y dirigente socialista Gabriel Pradal. A petición del Ayuntamiento, la peña flamenca
El Morato tiene establecida en ella un punto de "cante por saetas".
La cofradía del Stmo. Cristo del Amor y Ntra. Señora del Primer Dolor aceptó
asimismo detener los "pasos" tras partir de la cercana iglesia de San
Sebastián.
El
martes 15, a
poco de salir, el Sr. Alcalde acudió al edificio citado rodeado de una nutrida
comitiva funcionarial: periodistas, fotógrafos, jefa de Protocolo y
(presumiblemente) chófer y guardaespaldas. Todo muy fervoroso, lo normal como
cuando usted o yo asistimos a una procesión. A pie de calle, donde ser bien
visto y mejor retratado. Sabían naturalmente que Canal Sur Tv retransmitía
"Andalucía en Directo". Las elecciones Europeas están a la vuelta de
la esquina y quién desaprovecha un tornavoz publicitario… ¿verdad? Unos linces,
oiga. Dada la hora, solo me queda una duda: ¿ese personal laboral cobraba
extras o entra en el sueldo?
Mientras
tanto, Anamar García y Antonia López cantan con toda normalidad al Cristo. A
continuación la Virgen
se detiene y desde el balcón es María Canet quien ante el silencio respetuoso
entona su saeta. El paso sigue arriado y Rocío Segura lanza al aire su primer
quejido hechido de devoción a la imagen, otra forma de rezar.
Es
en ese momento cuando la responsable de Protocolo solicita al joven capataz,
Borja Arqueros, que mande una levanta en honor del Sr. Regidor allí presente.
Llama a la cuadrilla y le arenga: "Al cielo con ella. Esta levantá va por
el Sr. Alcalde. A esta es".
El
capataz no debió aceptar la petición. Que le sirva de enseñanza en el futuro:
las vanidades de los políticos en el interior del templo, si así les place. La
calle es de todos los ciudadanos.
La
mala costumbre fue puesta de moda en Almería por Javier Arenas y desde entonces
los dirigentes conservadores la tienen incorporada a su agenda semanasantera.
El Obispado debería poner coto. Y en ese veto incluyo (aunque ajeno) el toque
de campana en el trono del Cristo Cautivo de Málaga hecho por Susana Díaz,
presidenta de la Junta.
Sería
de agradecer que todos se impusieran la lectura repetida del artículo 16º de la Constitución , sobre
"Libertad ideológica y religiosa", que consagra a España como Estado
aconfesional.
Luego
vino el echar balones fuera: ¡Rocío, la culpa ha sido del capataz! El Sr.
Alcalde, tratando de justificarse vanamente ante la cantaora, le ofrecía una
versión sesgada, contraria a la que fuimos testigos a metro y medio.
Y a
mayor inri, tiempo le faltó -a él o a quien le gestione la cuenta de Twiter-
para subir el texto: "Mal detalle del capataz del Primer Dolor al no
esperar al final de la saeta de Rocío Segura. Los artistas de Almería merecen
todo el respeto".
(Diario de Almería)
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