Lorenzo
Rubio Espinosa
Estudiante
de Periodismo
En
los años en los que la vida de la peseta se acababa, tras un duro ahorro para
una pobre economía familiar, mi familia y yo pudimos emprender unas vacaciones
a Sevilla. Fuimos en tren. ¡A todos los niños les encantan los trenes! Un medio
de transporte que la mayoría de chavales de pueblos almerienses sólo conocíamos
por el colegio o por la televisión. Yo lo estaba flipando.
AVE tapiado |
Cuando
llegamos a la estación, recuerdo que mi padre dijo: "Mira, ahí está el
AVE". Ese tren que tanto salía en las noticias. Dicen que echarle fotos a
los trenes es de frikis. Pues llamadme friki si queréis porque gasté más de
medio carrete (si, carrete) echándole fotos a ese tren tan "chulo".
Mis libretas se llenaban de dibujos del AVE, me encantaba y, además, era fácil
de dibujar. Estaba deseando que llegara a Almería para poder montarme en él.
Pero no sólo me ilusionaba a mí. Mi padre también tenía muchísimas ganas.
Pasaron
los años y uno madura (aunque otros no tanto). Y conforme maduras vas dándote
cuenta de lo difícil que está siendo que llegue el AVE a Almería. En estos días
me acordé de ese niño, que era yo, y que estaba lleno de ilusión. De cómo esa ilusión
se fue difuminando. Algo de esperanza quedaba cuando empezaron las obras para
el tren de alta velocidad en el levante almeriense. Pero con la noticia de que
"Adif ha tapiado los túneles del Ave Almería-Murcia" ya no hay
esperanza.
Según
el portavoz de Adif la función de los muros recientemente levantados es "para evitar que personas ajenas puedan entrar en esas
instalaciones". Obviamente es una buena estrategia de evitarlo. De
eso no cabe duda. ¿Pero nadie le ha dicho a esos señores que con los muros
no pueden pasar los trenes? De esta manera se pone de manifiesto que las
infraestructuras tardarán muchísimo tiempo en utilizarse (porque si no, habrían
puesto una puerta).
Por
eso, los niños de Almería se tendrán que conformar con los trenes de juguete.
Que no son de alta velocidad, pero la imaginación hace mucho. Porque se ve que
el AVE es verdaderamente un juguete. Juguete que utilizan los políticos para
hacer campañas y ganar votos, mientras juegan con la ilusión de los almerienses
que, como niños, también quieren trenes como sus vecinos de otras
provincias.
Cuánta razón tienes Lorenzo. En los tiempos de Franco estábamos en la miseria absoluta y todo el mundo tuvo que emigrar. Ahora que Almería tiene más recursos que otras zonas no nos dejan avanzar. Me ha gustado mucho como lo has estructurado. Un saludo.
ResponderEliminarHace unas semanas me subí yo en el cercanias de Málaga, y yo flipando tambien jajaja Que las estaciones esas solo las habia visto por la tele!
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