Antonio Felipe Rubio
Periodista
Cuando
el iracundo Luciano Alonso denunció la “causa general” y el “contubernio” contra
Andalucía por el fraude de los cursos de formación, dejó claro su total
desconocimiento sobre el asunto y dijo que sólo tenía constancia del tema “por
lo que ustedes (medios de comunicación) han publicado”. Pasan unos días, y
resulta que la presidente de la
Junta , Susana Díaz, llevaba ¡siete meses! investigando todas
y cada una de las subvenciones tramitadas por la Junta. Entonces ,
alguien miente o no se entera.
No
sé qué será peor, hacerse el tonto o pasarse de listo. En cualquier caso, a los
ciudadanos nos tienen tomada la medida y no se arredran ante la burda
manipulación y la insultante mentira. Si
la presidente lleva siete meses investigando los fondos para los cursos de
formación, puede arrojar como fruto de la presunta investigación dos opciones.
Que todas las subvenciones han sido gestionadas con exquisita pulcritud y no
hay nada más allá de una interesada filtración del Gobierno central
pretendiendo desprestigiar a Andalucía.
Y la otra opción, la que entiendo
plausible, es que después de realizar una somera investigación se han detectado
empresas que se crearon para llevarse el dinero destinado a la formación de los
parados, y la Junta ,
con su “alambicado” procedimiento del panel de corcho, invitaba a los amigos,
allegados y colaboradores necesarios (sindicatos afectos y patronal maleable)
para nutrirles con un complemento que viene garantizando la llamada “paz
social” a base de indecorosos estipendios.
Pues bien, si esto se evidencia, el
siguiente paso sería señalar culpables y cómplices, y la presidente de la Junta no los tiene muy
lejos, empezando por su antecesor en el cargo; salvo que Griñán -como sucede
con los ERE- no estaba al tanto del trámite y destino de esas cantidades
milmillonarias. Nadie, salvo unos parias de segunda fila, malencarados,
viciosos y soeces tenían el control del dinero; jamás llegó a terciar un
director general, consejero o presidente de la Junta ; lo cual es tan falso como increíble.
Es
muy difícil restituir motu proprio la pulcritud (si algún día la hubo) en
sistemas que se convierten en regímenes por la persistencia y la heredada
transmisión de vicios. No creo que exista interés por desmontar una “industria”
de ganar elecciones que ha funcionado en detrimento del despegue de otros
valores “perversos” como progreso, libertad, independencia, trabajo… en
definitiva, todo lo contrario a lo que han conocido tres generaciones de la Andalucía subsidiada y
cautiva con las firmas de jornales, paguicas y otras martingalas, salvo casos
justificados.
En
treinta y dos años ha habido abuelos, padres y nietos que ya saben lo que es el
PER, la subvención y la mamandurria. Y es muy difícil que llegue alguien
diciendo erradicar ese “modelo” de Modernización de Andalucía en aras de un
mayor esfuerzo, competitividad, conocimiento, cualificación, honradez, limpieza
democrática… No, eso no cambiará. Por muchos discursos, marketing, postureo y
política de salón la maquinaria que funciona no va a ser reemplazada, ni se va
olvidar el lubricante que engorda la dependencia servil, complaciente y
cómplice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario