Cajamar tendrá problemas con los test de estrés... y el Banco de España lo aprovechará para acabar con las cajas rurales

Pablo Ferrer
Redactor Jefe de Hispanidad

Nota de la Redacción. La Opinión de Almería, en aras a ofrecer a sus lectores todas las perspectivas desde las que se puede visionar la realidad, reproduce este artículo del Redactor-Jefe del periódico digital Hispanidad.com, Pablo Ferrer. La opinión aquí expuesta no es compartida por los dirigentes de Cajamar, que en la reciente Asamblea General del Grupo Cooperativo Cajamar, celebrada la pasada semana, han reiterado que la entidad va a pasar los exámenes de los test de stress sin problema alguno.

Reciente asamblea de Cajamar / Foto: Hispanidad

El próximo 30 de mayo es la fecha límite para que las entidades entreguen la documentación de cara a los test de estrés europeos. A partir del 12 de junio, los auditores culminarán losAsset Quality Review (AQR), es decir, examinarán los expedientes del riesgo y sus colaterales, es decir, sus garantías. Con esos datos en la mano, el siguiente paso consistirá en estresar a las entidades, es decir, establecer el comportamiento de cada una de ellas según los datos aportados, en escenarios económicos desfavorables. El resultado final debería conocerse el 30 de junio.

Pues bien, según han asegurado a Hispanidad fuentes del sector, Cajamar no pasará los test de estrés y se verá abocada a ampliar sus recursos propios. ¿Significa esto que la entidad líder del sector en España está en dificultades? No. Simplemente, la solvencia bancaria se mide hoy en Occidente por su capital. Pero es la oportunidad del Banco de España para acabar con las cajas rurales y convertirlas en bancos. Ya se sabe que al Banco de España le molestan las entidades pequeñas y toda entidad de crédito que no sea banco-SA.

Esto ya lo hemos visto antes, concretamente, con las cajas de ahorros. Recuerden cómo el Banco de España y el Gobierno aprovecharon la crisis de Caja Castilla-La Mancha (CCM) para establecer una remodelación del sector que en el fondo -las pruebas está ahí- significaba su desaparición y conversión en bancos.

Ahora está por ver hasta dónde llegará la resistencia de un sector solvente y que no quiere perder su actual naturaleza jurídica como cooperativas de crédito, preferentemente agrario y muy localizado en el mundo rural. Incluso, la Asociación Española de Cajas Rurales rechaza elmodelo de Cajamar que, según afirman, se inspira mucho más en un modelo bancario, esto es, con mucho más capital que reservas, justo a la inversa que las cooperativas de crédito que forman la Asociación. Además, argumentan que, mientras en la Asociación ninguna caja puede tener más de un 10% de los votos, independientemente del tamaño, en el modelo Cajamar, ésta goza de una hegemonía total.

La solvencia del sector está fuera de toda duda. Las cajas rurales cerraron 2013 con 352 millones de euros de beneficio y unos ingresos de 3.289 millones de euros, un 13% superiores a los registrados un año antes. Desde que comenzó la crisis financiera, estas entidades han aumentado el crédito un 24%, hasta los 135.019 millones de euros. Un dato muy significativo: desde 2008, las cooperativas de crédito cuentan con 700.000 nuevos socios y ya son 2,7 millones. 

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