Antonio
Quesada
@AntonioFQuesada
Si
alguien se imaginaba que el Gobierno de Rajoy nos iba a dar alguna buena
noticia en los próximos meses con las obras del AVE, se lo pude ir quitando de
la cabeza. El Consejo de Administración de Infraestructuras Ferroviarias (Adif
) ha decidido, tal y como ha publicado La Voz de Almería, recortar en 1500 millones de
euros al plan inicial previsto para la Alta Velocidad de
Almería, situando a las claras las verdaderas intenciones que el Ejecutivo central
tiene para nuestra provincia.
El humor que no falte |
La ‘cosa’
se ha puesto tan fea que hasta los empresarios, siempre prudentes con este tipo
de noticias, anuncian que si no existe un plazo, una fecha, para saber cuándo
se continuarán las obras –actualmente paradas- y la planificación que tiene
prevista el Gobierno para esta infraestructura, saldrán a la calle.
Se
subraya desde Asempal que los trabajos se tienen que hacer con criterios
económicos y no políticos “como parece que está ocurriendo”, apunta su
presidente. La conclusión no puede ser más descorazonadora: se están primando
los proyectos en otros territorios donde el Partido Popular tiene,
supuestamente, más que ganar desde el punto de vista electoral.
El
tapiado de los túneles y toda esta película que hemos vivido en las últimas
semanas a modo de serial ya tiene un capítulo final que se resuelve con un
plano general de Almería convertida en isla, donde los almerienses cambiarán su
gentilicio por el de ‘los robinsones del sur’.
Este
es el papel estelar que nos ha reservado el PP a los almerienses: un férreo aislamiento,
por tierra mar y aire, frente al futuro, la modernidad, que llegará –de hecho, ya
está llegando- a otras provincias.
Si
finalmente Almería quiere aparecer en los mapas, no nos va a quedar otra que
sacudirnos la resignación de una vez por todas y mostrar ese carácter tan nuestro
que guardamos para las grandes ocasiones. Esta, sin duda, la merece.
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