Antonio Felipe Rubio
Periodista
He visto en un bar uno de esos carteles ingeniosos: “Hoy hace un día espléndido, pero
alguien vendrá y lo joderá”. En este epigrama se condensa la filosofía de la Junta
de Andalucía a la hora de establecer la “colaboración” institucional con
Almería que, sea como fuere, siempre dirime en confrontación y deslealtad.
Cartel de 2013 |
Granada
y Málaga han celebrado sus respectivas Noche en Blanco con la colaboración de
la Junta de
Andalucía sin mayores incidencias que las de una abrumadora presencia de
público en las ofertas culturales, comerciales y lúdicas que todos han podido
disfrutar sin estridencias o confrontación alguna. Sin embargo, en Almería todo
es muy difícil, retorcido, reñido y disputado.
El Ayuntamiento de Almería ha
decidido cerrar el programa de actividades de Noche en Blanco sin poder
incluir la oferta solicitada a la
Junta de la
Alcazaba y Museo Arqueológico. Las descaradas maniobras
dilatorias y excusas ofensivas han hecho desistir al Ayuntamiento y, como en
otras ocasiones, la Junta
castiga a todos los ciudadanos de Almería con los argumentos más peregrinos. Y,
ya verán, será cuestión de minutos la habitual reacción de la Junta , culpando al
Ayuntamiento de otro caso de “confrontación”: “cornudos y apaleados”.
Otro
caso lacerante es el de las competencias en asuntos que devienen en alarma
sanitaria y tercermundismo. Las pestilentes lagunas estancadas en el cauce del
río Andarax han propiciado una insoportable proliferación de mosquitos que han
inundado la capital y otros enclaves de la provincia. El Ayuntamiento, dentro
de sus competencias, ha fumigado en varias ocasiones los barrios afectados,
pero el foco y origen persistente del problema radica en el cauce del Andarax;
o sea, competencia de la
Junta.
Lo
que no entiendo es cómo la delegada del Gobierno no sabe discernir sobre sus
competencias y responsabilidades. Es como si un cabo primera ordenase la
detonación de una cabeza nuclear. Está demostrado que para alcanzar las más
altas instancias de la
Administración no hace falta ser un lumbreras (recuérdese a
ZP…). Estar y no saber cuáles son tus competencias es como para plantearse qué
tipo de “responsables” tenemos al frente de las instituciones.
Afortunadamente,
Rafael Esteban, concejal de IU-CA, opta por la opción más “radical”: el
Defensor del Pueblo. Como si esto de los mosquitos fuese una plaga de origen
metafísico, inmoral, injusta… cualquier cosa, menos incomodar a los señoritos
de la Junta del
PSOE-IU de Sevilla recordándoles que, como concejal del Ayuntamiento de
Almería, él sí sabe cuáles son las competencias para actuar en el cauce del
Andarax, pero prefiere la política de salón y alambicados recursos inútiles e
improcedentes antes que defender con claridad meridiana los derechos de los
vecinos de su ciudad.
Poco
se puede esperar de actuaciones que, escudadas en la cobardía política, incitan
a los ciudadanos a reclamar ilegalidades como las conocidas en la polémica de
las obras en Pescadería. No se puede “envenenar” a los vecinos con argumentos
que los portavoces de la oposición saben que ellos no pueden esgrimir en el
decurso plenario. Unas veces por cobardía; otras, por desconocimiento, y las
más por sectarismo, los ciudadanos no merecemos tanta mediocridad y agobiante
demagogia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario