Emilio
Ruiz
Dentro
de unos meses, tras el verano, el Banco Central Europeo pondrá en
funcionamiento el Mecanismo Único de Supervisión del sistema financiero. 128
entidades financieras de la
Unión , las que tienen un volumen de activos superior a 30.000
millones de euros, entre las que se encuentran 16 españolas -de las que dos son
andaluzas, Unicaja y Cajamar, además de Banco Ceiss-, serán sometidas a un duro
examen, en el que los ‘hombres de negro’ de la troika analizarán tanto su riesgo
como la calidad de sus activos.
Estas
pruebas de resistencia o tests de stress se van a realizar tomando como
referencia las cuentas de 2013 de cada entidad. El 30 de mayo ha sido la fecha
límite para que los bancos entregaran la oportuna documentación. Será un duro
examen que evaluará un conjunto de riesgos, tales como el riesgo de crédito, el
riesgo de mercado, el riesgo soberano (la deuda pública en manos de la banca) la
titulización (el proceso de transformación de activos en valores negociables) y
el coste de financiación con recursos ajenos. A los bancos que no superen los
exámenes se les dará un plazo para captar capital, pasado el cual, sin no ha
resuelto su problema, se podrá llegar incluso a la liquidación.
Se
especula mucho estos días sobre si la banca española superará sin dificultades
los tests de stress. Hay unanimidad de criterio, en el sector financiero, en que
los ajustes realizados en los dos últimos años han dejado a prácticamente toda
la banca española en situación de superar las pruebas sin dificultad.
"Vemos que los bancos españoles están bien preparados, al aumentar su
capital tanto de fuentes privadas como públicas. El sistema bancario español
está bien preparado de cara a los test de estrés", ha dicho James Daniel,
el responsable del FMI del control de la economía española.
No
obstante, sobre algunas entidades han surgido ciertas dudas. Pablo Ferrer,
redactor-jefe del portal digital Hispanidad, ha recurrrido esta semana pasada a
“fuentes del sector” que no especifica para afirmar que Cajamar es una de
esas entidades sobre las que existen dudas. Su elevada tasa de morosidad,
superior al 17 por ciento, hace pensar en el posible suspenso. Miguel Alba, en
Voz Populi, se ha manifestado en parecido sentido. Tanto uno como otro
consideran que un suspenso de Cajamar proporcionaría la coartada perfecta para
liquidar el sistema de cooperativas de crédito de igual modo que se ha liquidado
el sistema de cajas de ahorros.
En
Cajamar consideran que, tras esta siembra de dudas, se esconde un interés
demasiado interesado. Tras ese interés no anda ajeno el Grupo Caja Rural, que
recela de la caja almeriense, que ha adoptado una hoja de ruta que ellos no
comparten. Ninguna otra caja rural española será sometida al control del Banco
Central Europeo por no superar el listón de los 30.000 millones de activos. El
examen de la troika tiene para las entidades más ventajas que inconvenientes.
Le obliga a una transparencia total y absoluta, lo que se traduce en una
garantía para los clientes y propietarios, bien sean éstos accionistas o
cooperativistas, como es el caso concreto de la entidad almeriense.
El
presidente de Cajamar, Juan de la Cruz
Cárdenas , se muestra tranquilo ante el examen del BCE. En la
reciente asamblea general del Grupo Cooperativo celebrada en Vícar ha vuelto a
reiterar que se superarán "sin mayores dificultades" los test de
estrés tras haber elevado el coeficiente de solvencia al 11,3 por ciento y la
ratio de capital principal al 10,9 por ciento, “superando así ampliamente los
requerimiento mínimos exigidos”.
Igual
de contundente se muestra el presidente del nuevo banco de Cajamar, el Banco de
Crédito Social Cooperativo (BCSC), Luis Rodríguez González, sobre la confianza
en superar los tests de stress: “No es que confiemos, es que no tenemos ninguna
duda de que Cajamar los va a aprobar”. Rodríguez González achaca la alta
morosidad “al ejercicio de transparencia realizado con el último decreto del
ministro de Economía, Luis de Guindos, de revisión de los créditos
refinanciados”. Tranquiliza a los inversores afirmando que en los tres primeros
meses del año esta tasa ya está remitiendo, algo que en verdad parece que choca con la
realidad.
A
cierre de marzo de 2014, el Grupo Cooperativo Cajamar registró un beneficio de
119 millones de euros, pero su tasa de morosidad se mantenía en el 17,77 por
ciento, excesivamente elevada y muy por encima de la media del sector. Por contra, en abril tenía un ratio de core capital Tier-1 del 11,53 por ciento. En
el escenario base de las pruebas de estrés, las entidades tienen que tener un
ratio de core capital Tier-1 del 8 por ciento. En el escenario adverso, del 5,5
por ciento. “Es decir, que las pruebas se superarán sin inconveniente alguno”,
insisten desde la Plaza
de Barcelona. Los resultados de los exámenes se conocerán a final de año.
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