Evaristo Martínez
Redactor-Jefe de La Voz de Almería
“Jamás
soñé que haría westerns”, confesó en una ocasión. Y sin embargo fue un western,
‘El bueno, el feo y el malo’, el que regaló a Eli Wallach el papel por el que
será recordado eternamente. El actor neoyorquino, que falleció el pasado martes
a los 98 años, encarnaba en la obra maestra que Sergio Leone rodó en Almería a
Tuco Benedicto Pacífico Juan María Ramírez, es decir, el ‘feo’. Un carismático
personaje que volvió a esta tierra en el año 2006, cuando el Festival
Internacional de Cortometrajes ‘Almería en Corto’ le entregó el premio
honorífico ‘Almería, tierra de cine’.
Eli Wallach, en Tabernas |
“Es mejor que un Óscar”, afirmó entonces ante
el público que llenaba el Teatro Cervantes. Y no le faltaba razón: a pesar de sus más de
seis décadas de carrera nunca había sido nominado por la Academia de Hollywood,
que arregló el desagravio otorgándole en 2010 el Óscar de honor por su
“facilidad para interpretar toda serie de papeles poniendo su inimitable sello
en cada interpretación” y por ser un “camaleón por antonomasia”.
En
aquella ceremonia, Clint Eastwood recordó que en Almería, “donde no era tan
fácil llegar en aquellos días”, compartieron largas conversaciones frente al
Mediterráneo. “Hablábamos sobre películas, obras de teatro, política y chicas a
las que habíamos amado. Y un nombre salía frecuentemente, porque era la única
chica a la que él había amado”, bromeó el cineasta en referencia a Anne
Jackson, su viuda, con la que contrajo matrimonio en 1948.
‘El
bueno, el feo y el malo’ fue el comienzo de una hermosa amistad entre el ‘bueno’
y el ‘feo’. “Adoro a Clint porque fue mi mentor: no tenía ni idea de cómo hacer
una película italiana”, afirmaba Eli Wallach, quien se puso a las órdenes de
Eastwood para un breve papel en ‘Mystic River’.
“¡Clint,
en Almería hay agua caliente!”
“Estoy en Almería. ¡Y hay agua caliente! Me han hecho un homenaje precioso. Recuerdo nuestros años aquí, lo mucho que disfrutamos rodando”. Así saludaba por teléfono Eli Wallach a Clint Eastwood desde la suite 432 del Gran Hotel Almería cuando vino en 2006, tal y como cuenta el periodista Antonio Sánchez de Amo en el libro ‘Clint Eastwood jamás regresará a Almería’ (Lagartos).
“Estoy en Almería. ¡Y hay agua caliente! Me han hecho un homenaje precioso. Recuerdo nuestros años aquí, lo mucho que disfrutamos rodando”. Así saludaba por teléfono Eli Wallach a Clint Eastwood desde la suite 432 del Gran Hotel Almería cuando vino en 2006, tal y como cuenta el periodista Antonio Sánchez de Amo en el libro ‘Clint Eastwood jamás regresará a Almería’ (Lagartos).
“Eli
Wallach no sólo era un gran actor sino que era una maravillosa persona. Dejó su
huella en Almería, fue entrañable y lamentamos que no pudiese dejar una estrella.
A ver si se pudiese hacer algo póstumo”, afirmaba ayer María Vázquez, diputada
de Cultura. Además
de ‘El bueno, el feo y el malo’, Wallach rodó en Almería ‘Los cuatro truhanes’,
‘El blanco, el amarillo y el negro’ y ‘Viva la muerte...tuya’.
Vitalidad
y picardía
‘Eli Wallach, vitalidad y picardía’ es el título de la semblanza que la escritora Anita Haas dedicó al actor. El libro, editado porla Diputación provincial,
fue presentado en ‘Almería en Corto’ con la asistencia del propio Wallach,
Carla Leone, viuda del director de la trilogía del dólar, y Fernando Trueba,
quien le había dirigido en ‘Two Much’. Dos sustantivos que definen su
trayectoria: vitalidad porque estuvo activo hasta 2010, cuando participó en
‘Wall Street 2’
(“nunca he perdido mi apetito por actuar: siempre
es algo nuevo, un desafío”, decía) y picardía porque su singular físico, su
mirada socarrona y su voz aguardentosa otorgaban profundidad a sus creaciones: no sería justo citar al
Tuco ‘El bueno, el feo y el malo’ sin recordar al Don Altobello de ‘El padrino
parte III’, películas que brillan en una filmografía con títulos como ‘Los
siete magníficos’, ‘La conquista del oeste’, ‘Baby Doll’, ‘Vidas rebeldes’ o
‘Lord Jim’.
‘Eli Wallach, vitalidad y picardía’ es el título de la semblanza que la escritora Anita Haas dedicó al actor. El libro, editado por
“Siempre
acabo siendo el malo pero no le haría daño ni a una mosca”, defendía. Un lado
entrañable que potenciaría en su vejez, con papeles como el guionista Arthur
Abbott de ‘Vacaciones’, homenaje al Hollywood de la vieja escuela.
“¡Almería,
Tuco ha vuelto a casa!”, gritó Eli Wallach en el Teatro Cervantes tras recoger
el premio con la icónica silueta de su amigo Clint Eastwood. Ahora, el ‘feo’ ha
abierto de par en par las puertas del Olimpo para quedarse a habitar para siempre
entre los dioses del celuloide. No hay final más bello.
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