Manuel Moreno Mauricio, colaborador de Radio Pirenaica, representa a los héroes anónimos

Antonio Torres
Director de RTVA

El exdirigente del PSUC Manuel Moreno Mauricio (Vélez-Rubio, 1908-Barcelona, 1983) fue un héroe anónimo en el exilio. Condenado a muerte, la pena le fue conmutada. El poeta José Gual calificó su trayectoria vital como una lección de humanismo.

Moreno Mauricio
Moreno Mauricio forma parte de la historia de Radio Pirenaica, del exilio y de la solidaridad constituida por héroes anónimos que trabajaban para acabar con la dictadura de Franco. Santiago Carrillo y Dolores Ibárruri “La Pasionaria” citan  el gran trabajo del hijo de Vélez Rubio, uno de los primeros emigrantes, huyendo del hambre, en el periodo de fuerte corriente migratoria que durante los años veinte empujó a miles de andaluces  y murcianos a buscar una nueva vida en las zonas industriales más desarrolladas.

Carles Segués, en “La llibertat dels Antics”,  ofrece un amplio y detallado  perfil de este talento, desconocido en su tierra de origen. Moreno se estableció en Badalona donde aprendió el oficio de mecánico, a hablar catalán e ingresa en la CNT. Fundó y fue presidente  de la Unión Gimnasia y Deportiva de Badalona.

Su afán de conocer  la lectura de textos de las diversas corrientes ideológicas  lo acercaron al socialismo y al marxismo. Al estallar la Guerra Civil, ingresó en la UGT y el PSUC, recién fundado, convencido de que había, por encima de todo, que ganar la guerra para la República. En Badalona existe una calle y un parque con su nombre.

A finales de 1937,  Moreno Mauricio fue nombrado delegado de la Generalitat en la colectivización metalúrgica de Badalona. Al terminar la guerra,  marcha hacia el exilio en Francia.  Internado en el campo de concentración de Argelès,  se convierte pronto en responsable de intendencia. Una vez liberada París, dirige sus esfuerzos en la reorganización del PSUC y el PCE.

En Toulouse impulsa, junto con el médico José Bonifacio, entre otros, el Hospital Varsovia, el centro médico destinado a reagrupar a los españoles resistentes antifascistas heridos y supervivientes de los campos de concentración nazis. Ahí conoció al exdirigente del PCE en Almería Antonio Muñoz Zamora, otro humanista comprometido.

En 1946 es enviado a España junto con otros compañeros para reorganizar la Agrupación Guerrillera de Levante, el maquis que actuaba en Valencia y Teruel. Con identidad falsa, a veces Teo o Felipe, se hará pasar por corredor de comercio.  Delatado, torturado y  condenado a muerte por un Consejo de Guerra.  Condenado a cadena perpetua, pasó 17 años en la cárcel en lo que llegó a llamarse “Universidad de Burgos”.

Los últimos esfuerzos de Moreno fueron para su esposa e hijo enfermos. Muerto  el dictador,  Moreno fue detenido en la última operación a gran escala contra el PSUC y pasa unos meses en la Modelo. Se ilusionó con la reconstrucción democrática.

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